
Unidad de Habitación de Marsella. Comentario.
UNIDAD DE HABITACIÓN DE MARSELLA. Comentario
CLASIFICACIÓN
La Unidad de Habitación de Marsella, concebida por Le Corbusier y realizada entre 1947 y 1952, constituye una de las obras más emblemáticas del Movimiento Moderno y de la arquitectura racionalista del siglo XX. Situada en el sur de Francia, esta edificación fue diseñada como una solución integral al problema de la vivienda masiva tras la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, refleja los principios arquitectónicos que Le Corbusier había formulado décadas antes, incluyendo los cinco puntos de la nueva arquitectura y su sistema proporcional del Modulor. A pesar del paso del tiempo, el edificio se conserva en buenas condiciones y ha sido objeto de restauraciones y protección patrimonial. Esta obra no solo es una residencia, sino también un manifiesto arquitectónico.
ANÁLISIS
La Unidad de Habitación presenta un volumen masivo, elevado sobre pilotis que liberan el suelo para el uso público. La estructura se compone de hormigón armado, elegido tanto por su durabilidad como por su disponibilidad en la Europa de posguerra. La planta del edificio es rectangular y se organiza en base a módulos repetitivos que corresponden a unidades habitacionales en dúplex. En cuanto a la fachada, esta se resuelve con un ritmo continuo de balcones salientes, enmarcados por un sistema de ventanas corridas. Estas aberturas no son solo funcionales, sino que introducen color y vida al conjunto mediante paneles pintados en tonos primarios.
Además, los elementos sustentantes, como columnas y muros portantes interiores, permiten liberar las fachadas de su función estructural. Los elementos sustentados incluyen los forjados y las cubiertas, que culminan en una terraza-jardín comunitaria. La estructura interna sigue una lógica repetitiva, lo que permite una construcción más eficiente. Las cubiertas planas albergan además zonas recreativas y sociales. En el alzado, el conjunto presenta una clara simetría, con un ritmo armónico reforzado por la modulación regular de los balcones. En cuanto a los elementos decorativos, estos son mínimos, aunque la policromía, la textura del hormigón y los murales interiores refuerzan la estética general sin romper la funcionalidad.
COMENTARIO
El Movimiento Moderno, al cual pertenece la Unidad de Habitación, surge a principios del siglo XX y se consolida en el periodo de entreguerras. Su propósito era responder al nuevo modo de vida industrial, ofreciendo soluciones racionales y funcionales a los problemas urbanos. En este contexto, Le Corbusier propone un modelo de vivienda colectiva que no solo resuelve necesidades habitacionales, sino que redefine el concepto mismo de habitar.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa enfrentaba una urgente necesidad de reconstrucción. Por ello, la Unidad de Habitación surge como una propuesta social y arquitectónica innovadora. Decididamente, su función es albergar a cientos de personas en condiciones dignas, respetando la privacidad individual y fomentando la vida comunitaria. Este modelo introduce en un solo bloque servicios como guarderías, comercios, lavanderías, gimnasios y una terraza común. Así, se crea una “ciudad vertical” autosuficiente.
Entre los rasgos principales del estilo moderno que aquí se evidencian, se destacan:
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El uso del hormigón visto, sin recubrimientos.
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La disposición modular y estandarizada de las viviendas.
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La presencia de pilotis, ventanas corridas, fachadas libres y terrazas-jardín.
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La ausencia total de decoración superflua.
Evidentemente, la Unidad de Habitación no es una excepción, sino una culminación de esos principios.
Además, esta obra forma parte de una serie de cinco edificios similares construidos en Nantes, Berlín, Briey y Firminy. Sin embargo, la de Marsella fue la primera y sigue siendo la más reconocida. Le Corbusier, como figura central del movimiento moderno, no solo diseñó edificios, sino que formuló una visión total del urbanismo moderno. Su idea del arquitecto como mediador social se encuentra aquí plenamente realizada.
Es más, el uso del Modulor —sistema de medidas basado en el cuerpo humano— confiere al edificio una dimensión antropométrica, que garantiza proporciones armoniosas y funcionales. A pesar de su monumentalidad, el edificio se percibe como coherente y habitable.
A nivel técnico, la solución constructiva en hormigón fue una respuesta económica y estética a los recursos limitados de la época. Aunque el brutalismo como estilo nacería posteriormente, la estética de la Unidad de Habitación anticipa muchas de sus características.
También cabe señalar que, contrariamente a la arquitectura ecléctica y decorativa del siglo XIX, esta obra persigue una pureza formal basada en la función. Como resultado, su lenguaje austero y expresivo influiría decisivamente en generaciones posteriores de arquitectos.
Entre las obras paradigmáticas del Movimiento Moderno se encuentran la Villa Savoye, el Pabellón de Barcelona y la Bauhaus de Dessau. No obstante, pocas reúnen tantas funciones y propuestas como esta unidad.
Por último, hay que destacar la figura de Le Corbusier, cuya influencia se extiende mucho más allá de la arquitectura. Fue un pensador, urbanista, artista plástico y teórico. Aún hoy, sus ideas siguen siendo objeto de estudio y controversia.
CONCLUSIÓN. Unidad de Habitación de Marsella. Comentario
La Unidad de Habitación de Marsella no solo es una edificación innovadora. Representa un manifiesto de la arquitectura moderna, donde se funden diseño, ética social y técnica. Su principal aportación es haber demostr
ado que es posible integrar alta densidad, confort y comunidad en un solo proyecto. Como obra, inaugura una nueva forma de entender la vivienda colectiva.
Además, influyó directamente en el brutalismo británico, en la arquitectura prefabricada y en propuestas utópicas como las de Archigram. Posteriormente, conceptos como la ciudad vertical, la integración de servicios o la vivienda modular se desarrollaron en diversos contextos urbanos del siglo XX.
Concluyendo, esta obra continúa siendo una referencia indiscutible en el debate sobre cómo construir ciudades más humanas y sostenibles. Su vigencia no solo se mantiene, sino que adquiere nuevas interpretaciones frente a los desafíos contemporáneos.
BIBLIOGRAFÍA. Unidad de Habitación de Marsella. Comentario
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Frampton, K. (2002). Historia crítica de la arquitectura moderna. Editorial Gustavo Gili.
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Curtis, W. J. R. (2001). Le Corbusier. Las ideas y la forma. Phaidon.
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Le Corbusier. (1982). El Modulor 1 y 2. Editorial Poseidón.
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Colquhoun, A. (2005). Arquitectura moderna. Editorial Gustavo Gili.
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Mumford, E. (2010). La arquitectura moderna y la ciudad. Ediciones Akal.
- Wikipedia