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Tesoro de los Sifnios
Clasificación
El Tesoro de los Sifnios, erigido hacia el año 525 a.C., es una obra clave del arte arcaico griego. Fue construido por la polis de Sifnos, una pequeña isla de las Cícladas, en el santuario de Apolo en Delfos. Este edificio, que pertenecía a la tipología de los llamados “tesoros” o thesauroi”, tenía la función de albergar ofrendas votivas. Su estilo arquitectónico pertenece al orden jónico, con detalles escultóricos que lo convierten en una de las obras más destacadas de la escultura arquitectónica arcaica. Se conserva parcialmente, pero lo suficiente como para ser considerado uno de los ejemplos mejor documentados del arte del siglo VI a.C. en Grecia. Evidentemente, su valor reside tanto en sus soluciones arquitectónicas como en su rica decoración escultórica.
Descripción
El Tesoro de los Sifnios tiene una planta rectangular, con pronaos en antis y un pequeño espacio interior destinado a almacenar ofrendas. Está construido con mármol de Paros, uno de los materiales más apreciados por su blancura y grano fino. El edificio presenta una fachada jónica, con columnas entre pilastras, lo cual constituye una innovación frente al orden dórico dominante en la época. Los elementos sustentantes incluyen columnas jónicas con basa y capitel de volutas, mientras que los elementos sustentados comprenden un entablamento ricamente decorado y un tejado a dos aguas. Su estructura sigue el modelo clásico de templo en miniatura, con medidas más reducidas. La cubierta era a dos aguas, con frontones decorados. El alzado es proporcional, con una clara división tripartita entre basa, fuste y capitel. En cuanto a los elementos decorativos, destaca un friso continuo en relieve, con escenas míticas talladas con gran detalle. Asimismo, los frontones estaban ornamentados con esculturas en bulto redondo.
Análisis
El uso de la luz natural permite que las esculturas del friso sean vistas con claridad, especialmente por la orientación estratégica del edificio. Como resultado, las figuras esculpidas adquieren profundidad y dinamismo a lo largo del día. Además, el mármol de Paros refleja la luz con intensidad, acentuando el modelado y la expresividad. En cuanto al color, se sabe que gran parte de las esculturas estaban policromadas, usando pigmentos rojos, azules y dorados. A pesar de ello, hoy solo se conservan leves restos de esa pintura original.
El volumen es compacto y proporcionado, coherente con su función secundaria dentro del conjunto del santuario. No obstante, su decoración escultórica le otorga monumentalidad visual. El ritmo arquitectónico se observa tanto en la alternancia de columnas y pilastras como en la repetición narrativa de las figuras del friso. Por ejemplo, las escenas de lucha se desarrollan en secuencias ordenadas que guían la mirada del espectador. Las proporciones, aunque propias de una escala menor, conservan el ideal de simetría y equilibrio del arte griego arcaico. En síntesis, el edificio transmite un mensaje de prestigio, piedad y sofisticación técnica.
Comentario
El Tesoro de los Sifnios se construyó en un momento de gran prosperidad para esta pequeña isla, gracias a sus minas de oro y plata. Por eso, los sifnios eligieron Delfos —uno de los centros religiosos más importantes del mundo griego— para levantar este tesoro como muestra de poder y devoción. En efecto, su estilo corresponde al arcaísmo tardío, cuando la escultura griega alcanza una gran naturalidad dentro de las convenciones formales del periodo.
La decoración escultórica incluye dos frisos principales: uno representa la Gigantomaquia y otro la disputa por el cuerpo de Patroclo, ambos temas heroicos y simbólicos. Así, los sifnios se alinean con los valores heroicos y religiosos más altos del mundo griego. A esto se suma la calidad técnica del relieve, que presenta figuras superpuestas, movimiento, expresión facial y uso del espacio tridimensional, lo cual marca una evolución con respecto al hieratismo de etapas anteriores.
Entre los rasgos más distintivos del Tesoro se encuentran:
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El uso pionero del orden jónico en un edificio monumental.
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La riqueza narrativa de su friso continuo esculpido.
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La elaboración minuciosa de sus capiteles jónicos.
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La combinación armónica de arquitectura y escultura.
A diferencia de otros tesoros contemporáneos, como el de los Atenienses o el de los Beocios, el de los Sifnios destaca por su refinamiento formal y simbólico. Además, representa un esfuerzo diplomático y artístico por integrarse en la élite cultural de Grecia. Aunque no fue diseñado para la liturgia, cumplía una función representativa dentro del espacio sagrado de Delfos. En consecuencia, servía como afirmación del estatus cívico-religioso de sus promotores.
Conclusión. Tesoro de los Sifnios
El Tesoro de los Sifnios constituye un ejemplo excepcional de la síntesis entre escultura y arquitectura en la Grecia arcaica. No solo es una joya del orden jónico primitivo, sino también una manifestación de poder simbólico y refinamiento artístico. Su legado radica en haber llevado el relieve narrativo a un nivel de expresión que preludia el clasicismo. Realmente, fue un laboratorio técnico donde se ensayaron soluciones que luego madurarían en el Partenón.
Posteriormente, influirá en templos jónicos de Asia Menor y en la arquitectura ateniense del siglo V a.C. De hecho, su modelo circular de columnas y su uso del relieve continuo inspiraron soluciones formales helenísticas y romanas. Finalmente, el Tesoro de los Sifnios sigue siendo una de las obras más estudiadas por su capacidad de integrar forma, contenido y mensaje político-religioso en una escala reducida.
Bibliografía. Tesoro de los Sifnios
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- Wikipedia