MANIFIESTO DEL MANZANARES. COMENTARIO
“Españoles: la entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el ejército liberal; el esfuerzo de los soldados que le componen, tan heroicamente mostrado en los campos de Vicálvaro, el aplauso con que en todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico alzamiento, aseguran desde ahora el triunfo de la libertad y de las las leyes que hemos de defender.
Dentro de unos pocos días la mayor parte de las provincias habrán sacudido el yugo de los tiranos; el ejército entero habrá venido a ponerse bajo nuestras banderas, que son las leales; la nación disfrutará los beneficios del régimen representativo, por el cual ha derramado hasta ahora tanta sangre inútil y ha soportado tantos sacrificios. Día es, pues de decir lo que estamos resueltos a hacer en el de la victoria. Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en en los empleos militares y civiles al antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios; y como garantía de todo esto, queremos y plantearemos bajo sólidas bases la milicia nacional.
Tales son nuestros intentos que expresamos francamente, sin imponerlos por eso a la nación. Las juntas de gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes que luego se reúnan; la misma nación, en fin, fijará las bases definitivas de la regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida.”
Leopoldo O’Donnell, Conde de Lucena. Cuartel General de Manzanares. 7 de Julio de 1854.
MANIFIESTO DEL MANZANARES. Comentario
CLASIFICACIÓN
El texto analizado es el Manifiesto del Manzanares, publicado el 7 de julio de 1854 y firmado por Leopoldo O’Donnell, general al frente del ejército sublevado contra el gobierno moderado de Isabel II. Su redacción fue encomendada al joven político Antonio Cánovas del Castillo, quien, en el futuro, sería figura central de la Restauración borbónica. Se trata de una fuente primaria, ya que fue redactada en el momento mismo de los hechos por los protagonistas del pronunciamiento. Su naturaleza es política y circunstancial, vinculada estrechamente al proceso de transformación liberal del siglo XIX español.
El texto tiene un carácter público, dirigido al conjunto de la nación española. La intencionalidad es decididamente persuasiva y propagandística, pues pretende legitimar el alzamiento militar y presentar un programa político que conjugue orden, reforma y legitimidad dinástica. Además, se inscribe en el contexto de la crisis del sistema moderado y la reivindicación progresista, dando inicio al Bienio Progresista (1854–1856), uno de los periodos más reformistas del siglo XIX español.
ANÁLISIS
El texto tiene como idea principal la justificación del pronunciamiento militar de julio de 1854 como una vía legítima para restaurar un liberalismo constitucional, reformista y popular.
Ideas secundarias:
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Legitimidad del movimiento:
Evidentemente, el texto insiste en que el levantamiento ha sido acogido con entusiasmo por el pueblo y los soldados. Se presenta, entonces, como un acto colectivo y patriótico. -
Reforma sin ruptura:
Aunque se pide reforma del sistema, no se plantea una revolución radical. Se busca conservar el trono pero sin camarilla, es decir, eliminando las influencias corruptas. -
Modernización del sistema legal:
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Mejora de la ley electoral: democratización del sufragio.
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Reforma de la ley de imprenta: ampliación de la libertad de expresión.
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Racionalización fiscal y administrativa:
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Rebaja de impuestos basada en la economía y eficiencia estatal.
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Acceso a cargos por mérito, eliminando el favoritismo.
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Autonomía local:
Se promueve una descentralización para garantizar la defensa de los intereses locales. -
Milicia nacional como garantía:
Se propone como herramienta de protección civil y símbolo del poder popular frente al ejército profesional, aún leal a la monarquía. -
Sometimiento a la voluntad nacional:
Como resultado de una ética democrática, el manifiesto asegura que serán las Cortes y la nación quienes decidirán el rumbo final.
COMENTARIO
En el contexto del reinado de Isabel II, este manifiesto marcó un hito decisivo en la historia del liberalismo español. Después de diez años de predominio del moderantismo, simbolizado por el liderazgo autoritario de Sartorius, surgió una respuesta que canalizó las demandas de sectores sociales, militares y políticos excluidos del poder.
El Manifiesto del Manzanares se inscribe, pues, en el inicio del Bienio Progresista, periodo caracterizado por una fuerte voluntad de modernización institucional. A través de un lenguaje directo y apelativo, el texto buscó movilizar tanto al ejército como a la población. No se trataba solo de un golpe de Estado, sino de un movimiento regenerador de base liberal.
Por eso, y a diferencia de otros pronunciamientos, este manifiesto no solo denuncia al gobierno vigente, sino que ofrece un programa claro: reformas legales, descentralización, respeto al mérito y creación de milicias. Asimismo, afirma un principio esencial del liberalismo del siglo XIX: la soberanía nacional debe ser quien dicte las leyes fundamentales del Estado. Esto es clave, porque pone en manos de las Cortes Constituyentes y del pueblo el destino político del país.
Eventualmente, estas ideas se reflejarían en las reformas del Bienio, como la Desamortización de Madoz, la reforma fiscal o la liberalización económica. Sin embargo, el proyecto fracasaría por divisiones internas, resistencias conservadoras y falta de apoyos duraderos. A pesar de esto, el manifiesto dejó una huella profunda, y fue referencia para generaciones posteriores de liberales, incluidos los que protagonizarían la Restauración canovista décadas después.
CONCLUSIÓN. Manifiesto del Manzanares
Concluyendo, el Manifiesto del Manzanares es una pieza fundamental del liberalismo español. Efectivamente, su valor histórico reside tanto en su contenido político como en su capacidad para articular demandas sociales y constitucionales dentro del marco de la monarquía.
Realmente, el texto refleja un momento de esperanza reformista, donde sectores del ejército y de la política intentaron unir estabilidad y cambio. Además, ilustra la transición de una España oligárquica a una más democrática, aunque ese proceso fuera incompleto.
A fin de cuentas, su trascendencia histórica fue doble. Primero, en el plano inmediato, facilitó el inicio del Bienio Progresista y la caída del gobierno moderado. Segundo, en perspectiva larga, anticipó principios que se consolidarían durante la Restauración. Hoy, el manifiesto sigue siendo ejemplo de cómo el lenguaje político puede ser motor de cambio y símbolo de aspiraciones colectivas.
BIBLIOGRAFÍA. Manifiesto del Manzanares
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Bahamonde, Á., & Martínez, J. (1994). Historia de España. Madrid: Cátedra.
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Callahan, W. J. (2000). La España liberal, 1808-1931. Madrid: Alianza Editorial.
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Fontana, J. (2007). La época del liberalismo. Madrid: Crítica.
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Romero Maura, J. (2002). El poder político en la España del siglo XIX. Madrid: Alianza Editorial.
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Tusell, J. (2002). Historia de España en el siglo XX. Madrid: Taurus.
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Manifiesto de Manzanares (1854) Leopoldo O’Donnell. Conde de Lucena |