
Guernica
GUERNICA. Pablo Picasso. Comentario
Clasificación
Nos encontramos ante una de las obras más representativas del arte contemporáneo: Guernica, realizada por Pablo Picasso en 1937, durante la primera mitad del siglo XX, en el contexto de la Guerra Civil Española. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, de grandes dimensiones (349 x 776 cm), ejecutada exclusivamente en una gama de grises, blancos y negros, lo que le confiere una estética impactante y lúgubre.
La obra fue encargada al artista por el gobierno de la Segunda República Española para el Pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937, como instrumento de denuncia ante el bombardeo de la ciudad vasca de Guernica por parte de la aviación nazi y fascista, aliada con las tropas franquistas. Guernica se enmarca estilísticamente dentro del cubismo sintético, aunque incorpora elementos del expresionismo y del simbolismo, generando una obra total de alto contenido político y humanista. Actualmente se conserva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
Análisis
Desde el punto de vista formal, Guernica responde a una síntesis de lenguajes modernos, principalmente el cubismo, con el que Picasso revolucionó la pintura desde principios del siglo XX, y ciertas reminiscencias del expresionismo, visibles en la intensidad emocional de las figuras representadas. La línea predomina claramente sobre el color; se trata de una línea angulosa, quebrada, abrupta, que contribuye a crear un ambiente de violencia y desasosiego. No hay líneas curvas suaves ni contornos dulces; todo es fragmentación, aristas y descomposición geométrica de la figura.
En cuanto al volumen, la obra no persigue una representación naturalista del espacio tridimensional, sino una multiplicidad de planos superpuestos que generan una sensación de caos y desestructuración. Las figuras aparecen aplanadas y geometrizadas, rotas en facetas, lo cual responde a los principios del cubismo, pero su expresividad dramática las aproxima a un lenguaje más emocional.
Por su parte, la perspectiva es inexistente en términos tradicionales. Picasso aplica una perspectiva múltiple, representando diferentes puntos de vista simultáneamente, lo que refuerza la idea de confusión y desorientación. No hay profundidad real: el espacio es plano, cerrado, opresivo.
El color —limitado estrictamente a una escala de grises— cumple una función expresiva de gran eficacia: alude al luto, a la muerte, a la violencia. A la vez, recuerda la estética de la fotografía de prensa, reforzando su carácter testimonial. La ausencia de color refuerza el dramatismo y otorga a la obra una cualidad casi espectral.
La luz se representa de forma simbólica a través de una bombilla en forma de ojo, situada en la parte superior central del lienzo. Su luz fría e intensa no ilumina para confortar, sino que vigila, como un ojo mecánico y opresivo. La contraposición de luz y sombra acentúa las formas y los gestos de dolor.
La composición es cerrada y simétrica, pero desbordante. La escena central está flanqueada por figuras laterales que, a pesar de la fragmentación, mantienen una estructura triangular. El espacio se percibe como saturado, sin respiro, lo cual transmite una sensación de asfixia.
Por último, el movimiento es agitado, violento. Todas las figuras parecen retorcerse, gritar, huir o agonizar. No hay reposo, solo gestos extremos de desesperación. Esta intensidad se ve reforzada por la gestualidad exagerada de los rostros y los cuerpos, por lo que la expresividad alcanza un nivel superlativo. Cada figura transmite emociones extremas: terror, angustia, sufrimiento, impotencia.
Comentario
Contexto histórico
Guernica surge en el contexto específico de la Guerra Civil Española (1936–1939), en un momento de creciente implicación internacional en el conflicto, como muestra el bombardeo de la ciudad vasca de Guernica el 26 de abril de 1937, ejecutado por la Legión Cóndor (alemana) y la Aviazione Legionaria (italiana), en apoyo a los sublevados. Este ataque se convirtió en símbolo del horror de la guerra sobre la población civil, y Picasso, profundamente consternado, transformó su proyecto inicial para el Pabellón de España en un grito pictórico contra la barbarie.
Por otro lado, el cubismo, fundado por Picasso y Braque hacia 1907, rompe con la tradición figurativa y propone una nueva forma de representación basada en la fragmentación y simultaneidad de planos. Aunque Guernica no es un cubismo “puro”, retoma este lenguaje para dotarlo de una potencia emocional inédita. A diferencia de las obras cubistas iniciales, centradas en naturalezas muertas o retratos, aquí Picasso eleva este lenguaje a un vehículo de denuncia política.
Función y significado
La función de la obra trasciende lo decorativo o lo estético. Guernica es arte como protesta, como arma simbólica, como denuncia pública de un crimen de guerra. En este sentido, representa una nueva concepción del arte: comprometido, político, universal.
Rasgos del estilo
Los rasgos principales del estilo que aquí se fusionan son:
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Fragmentación de la forma.
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Perspectiva múltiple.
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Descomposición en planos geométricos.
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Iconografía simbólica y alegórica.
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Carga emocional y dramática.
Obras paradigmáticas que comparten esta dimensión de arte crítico son: “La masacre en Corea” (1951) es también de Picasso, o “El tres de mayo de 1808” de Goya. Este último, de hecho, puede considerarse un antecedente espiritual de Guernica: ambas obras denuncian la violencia del poder sobre los inocentes.
Para terminar, Picasso, figura central del arte del siglo XX, no solo innovó en los lenguajes formales, sino que también reforzó el papel del artista como conciencia moral de su tiempo. Su compromiso se mantuvo firme, como muestra su negativa a que Guernica regresara a España mientras el país no fuera una democracia.
Conclusión. Guernica de Picasso
La pintura Guernica representa una de las cumbres absolutas del arte contemporáneo. Su valor no reside únicamente en su potencia plástica, sino en su capacidad de síntesis simbólica, de convertir un hecho concreto —el bombardeo de Guernica— en un símbolo universal del horror de la guerra.
La principal aportación de la obra es haber logrado conjugar vanguardia formal con contenido político, algo inédito hasta entonces con tal intensidad y alcance. Guernica trasciende su tiempo y lugar, y se mantiene vigente como denuncia frente a toda forma de violencia. Su influencia puede rastrearse en múltiples movimientos del siglo XX, como el expresionismo abstracto, el arte conceptual, o el arte político contemporáneo.
Finalmente, Picasso, con esta obra, no solo reafirma su genialidad, sino que se convierte en la voz de los que no pueden gritar. Su Guernica no es solo una pintura: es una herida abierta en la conciencia colectiva de la humanidad.
Bibliografía. Guernica de Picasso
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Cirlot, L. (2003). Guernica. Barcelona: Ediciones Polígrafa.
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Palomares, J. (2011). Picasso y el Guernica. Madrid: Museo Reina Sofía.
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Gaya Nuño, J. A. (1972). Picasso. Madrid: Ediciones Guadarrama.
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Malraux, A. (1987). Las voces del silencio. Madrid: Alianza Editorial.
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Chipp, H. B. (2000). Teorías del arte moderno. Madrid: Akal.
- Wikipedia