Comentario relieve apalachense

Comentario relieve apalachense


Comentario relieve apalachense


Clasificación

Nos encontramos ante un bloque diagrama de carácter didáctico, lo que lo convierte en una representación geomorfológica esquemática que busca ilustrar un fenómeno concreto del relieve terrestre. En este caso, se trata de un relieve apalachense, modelo topográfico típico de áreas montañosas formadas por estructuras plegadas que han sido posteriormente arrasadas y rejuvenecidas por la erosión y nuevos levantamientos tectónicos.

Se trata de un relieve simple, ya que representa un único proceso geomorfológico, y derivado, porque no refleja la forma original del relieve (jurásico), sino una morfología resultante de procesos posteriores, especialmente erosivos y tectónicos. Su ubicación corresponde a zonas de media montaña o montañas reactivadas, y se puede observar una composición litológica variada y una estructura tectónica compleja.


Análisis

Desde el punto de vista topográfico, se representa un relieve de montañas paralelas, con crestas y valles longitudinales, resultado de la alternancia de materiales de dureza diferente y del trabajo erosivo del agua. El relieve se sitúa a cierta altitud, aunque no alcanza los valores de los sistemas alpinos.

En cuanto a la litología, aunque el gráfico carece de leyenda detallada, se puede deducir la presencia de:

  • Rocas duras, de origen probablemente metamórfico, como cuarcitas o granitos, representadas en el número 5 del gráfico.

  • Rocas blandas, identificables con pizarras, más potentes y erosionables, localizadas en los números 1 y 2.

Desde el punto de vista tectónico, el relieve original es de tipo jurásico, con pliegues sinclinales (2) y anticlinales (1). Posteriormente, estos pliegues fueron arrasados por la erosión durante la Era Secundaria, y rejuvenecidos con el Plegamiento Alpino en la Era Terciaria, dando lugar a un relieve caracterizado por:

  • Sinclinales colgados que forman crestas resistentes.

  • Valles longitudinales que siguen los materiales más blandos.

  • Disposición en bandas paralelas alternantes de montes y valles.

Este conjunto da lugar al relieve apalachense, donde los estratos plegados han sido erosionados de manera diferencial, respetando los más resistentes.

Respecto a la erosión, el agua es el principal agente modelador. Se identifican los siguientes elementos:

  • Cluses (6): valles fluviales transversales que cortan las crestas de los sinclinales colgados.

  • Combés (3): depresiones formadas en anticlinales vaciados por la erosión longitudinal.

  • Red fluvial ortogonal, típica del relieve apalachense, en la que los cursos de agua alternan direcciones longitudinales y transversales.

  • Cerro testigo (4): restos aislados de estratos duros, supervivientes del proceso de erosión diferencial.

La descripción de las formas del relieve queda reforzada por los términos específicos incluidos en la leyenda:

  • Anticlinal: estructura convexa del pliegue.

  • Sinclinal: estructura cóncava.

  • Combé: depresión longitudinal por erosión.

  • Cerro testigo: relieve residual por resistencia litológica.

  • Clusé: paso fluvial transversal por una estructura elevada.


Comentario

El relieve apalachense es el resultado de una larga y compleja evolución geológica que combina procesos tectónicos y erosivos. Se origina en regiones afectadas por la orogenia herciniana (Paleozoico, hace unos 300 millones de años), posteriormente niveladas durante la Era Secundaria, y rejuvenecidas por la orogenia alpina durante el Terciario (hace unos 65 millones de años). Este proceso de levantamiento y erosión sucesivos ha originado una estructura muy reconocible, marcada por la alternancia de bandas de relieve paralelo, asociadas a la dureza de los materiales y a la estructura plegada preexistente.

La particular disposición del relieve está asociada también a la erosión diferencial, que permite la persistencia de estratos duros mientras que los blandos son vaciados. Este fenómeno geomorfológico explica la existencia de elementos residuales como los cerros testigo, indicadores de antiguos niveles de erosión.

El modelo que ilustra este relieve no solo facilita la comprensión del origen estructural del mismo, sino que también permite estudiar las consecuencias del modelado fluvial, que introduce un patrón de drenaje ortogonal, raramente observado en otros tipos de relieve.

Este tipo de relieve se encuentra en la cordillera de los Apalaches (Estados Unidos), donde alcanza su máxima expresión morfológica y ha servido como modelo geográfico y geológico. En la Península Ibérica, aunque en menor escala, se localiza en unidades como Sierra Morena y los Montes de Toledo, ambas con estructuras hercinianas sometidas a procesos de erosión y posterior rejuvenecimiento.


Conclusión. Comentario relieve apalachense.

El relieve apalachense es una de las formas más representativas de los relieves reactivados, cuya evolución responde a un ciclo largo de transformación geológica. La combinación de pliegues jurásicos, levantamientos posteriores y una acción erosiva intensa ha generado un paisaje único, compuesto por crestas alineadas, valles longitudinales, cluses, combés y cerros testigo.

Su análisis permite entender no solo el impacto de los procesos geológicos a largo plazo, sino también la manera en que factores litológicos, estructurales y climáticos interactúan para configurar el paisaje. Es un ejemplo paradigmático de cómo el tiempo geológico y los procesos morfogenéticos construyen formas del relieve altamente especializadas, con un valor didáctico y científico excepcional.


Bibliografía. Comentario relieve apalachense.

  • Gutiérrez Elorza, M. (2001). Geomorfología. Omega.

  • Font, E. (1993). Geografía física. Ariel Geografía.

  • Rodríguez Vidal, J. (1998). Estructura y dinámica del relieve. Síntesis.

  • García Ruiz, J.M. y Lasanta, T. (2000). Geomorfología de España. Cátedra.

  • ITGE (1990). Cartografía y relieve de España. Instituto Tecnológico Geominero de España.

  • Wikipedia