
Estandarte de Ur. Panel de la Guerra.

Estandarte de Ur. Panel de la Paz.
Estandarte de Ur
Clasificación
El Estandarte de Ur es una pieza emblemática del arte sumerio, datada entre los años 2600 y 2400 a.C., correspondiente al Período Dinástico Arcaico III de Mesopotamia. Fue descubierto por Leonard Woolley en las tumbas reales de la ciudad de Ur, situada en el actual sur de Irak. Su denominación es moderna y se basa en la hipótesis inicial de que podría tratarse de un estandarte ceremonial; sin embargo, su función original es incierta. La obra se realizó mediante la técnica de taracea sobre madera, utilizando materiales como lapislázuli, piedra caliza roja y conchas marinas, lo que revela un alto grado de especialización artesanal. Se conserva actualmente en el British Museum de Londres, y se la considera una obra capital del arte mesopotámico sumerio, por su riqueza narrativa, formal y simbólica.
Descripción
El Estandarte de Ur es una estructura trapezoidal que mide aproximadamente 21,5 cm de alto, 49,5 cm de largo y 5 cm de ancho. Está compuesto por una base de madera recubierta con incrustaciones de lapislázuli azul intenso, conchas blancas y piedra caliza roja, insertadas sobre una matriz de betún. La obra presenta dos caras principales, cada una dividida en tres registros horizontales que desarrollan una narración continua, siguiendo una lectura ascendente de abajo hacia arriba.
La “cara de la guerra” muestra una campaña militar en tres fases: avance de carros de guerra, combate y captura de enemigos, y presentación de prisioneros al rey. La “cara de la paz”, por su parte, describe una procesión con tributos, alimentos y animales, culminando en un banquete presidido por el monarca. Las figuras están dispuestas de perfil, con el rostro, los brazos y las piernas visibles lateralmente, mientras que los ojos y los torsos se presentan de frente, en una fórmula convencional típica del arte mesopotámico. Cada figura está jerarquizada por tamaño, lo que indica su estatus. El conjunto representa una visión ideológica del orden social sumerio.
Análisis
Desde el punto de vista formal, la obra destaca por su organización claramente estructurada y narrativa, lo que le confiere un carácter casi cinematográfico. La línea predomina sobre el color, definiendo contornos cerrados que separan figuras y elementos. Su función es esencialmente descriptiva y simbólica, más que expresiva. No se pretende una representación individualizada de los personajes, sino la comunicación eficaz de sus funciones dentro del orden social.
El tratamiento del volumen es inexistente: las figuras son planas, sin modelado ni tridimensionalidad. No se busca el naturalismo, sino la legibilidad. La perspectiva es jerárquica y esquemática, sin profundidad espacial. Las figuras aparecen apiladas en frisos horizontales, y su tamaño varía según su importancia. El color proviene del uso de materiales naturales, sin mezcla ni matices. El azul del lapislázuli, el blanco de las conchas y el rojo de la piedra caliza crean contrastes visuales que refuerzan la estructura del relato.
La composición es cerrada y simétrica, dividida en registros. Las escenas están organizadas con claridad: en la cara de la guerra, se pasa de la acción militar a la victoria; en la de la paz, de la recolección del botín a la celebración. La luz no está representada como fenómeno natural; sin embargo, el brillo de los materiales otorga viveza al conjunto. El movimiento es esquemático: los carros y soldados en marcha sugieren dinamismo, pero las figuras son rígidas, sin anatomía detallada ni expresión facial. La expresividad es simbólica, no emocional: se transmite orden, jerarquía y poder a través de la postura y disposición de las figuras.
Comentario
Contexto histórico
El Estandarte de Ur se produce en un momento de consolidación del poder político en la antigua Sumeria. Las ciudades-estado como Ur, Lagash o Uruk contaban con un sistema complejo de gobierno, economía agrícola intensiva y jerarquización social. En este contexto, el arte servía como vehículo ideológico, destinado a reforzar la autoridad del monarca, a quien se atribuía tanto el poder militar como el orden social.
Panel de la guerra
Por un lado, la cara de la guerra presenta un relato progresivo de conflicto, en el que el rey sumerio aparece como caudillo victorioso, superior a soldados y enemigos. Se inscribe así en la tradición mesopotámica de representación del poder: el monarca como figura sobrehumana, protector y conquistador. La escena también documenta aspectos técnicos: los carros de guerra de cuatro ruedas macizas, los soldados armados con lanzas, o los prisioneros desnudos, lo que indica humillación y dominio.
Panel de la paz
Por otro lado, la cara de la paz se vincula a la dimensión distributiva y ritual del monarca. A través de ofrendas, banquetes y música, se celebra el orden restablecido. Esta visión dual del rey —como guerrero y como garante del bienestar— es esencial en la ideología sumeria y se repetirá en el arte mesopotámico posterior. El hecho de que esta obra fuera hallada en una tumba real sugiere que no solo tenía función ceremonial en vida, sino también simbólica en la muerte, como reafirmación del rol del difunto en la eternidad.
Rasgos del estilo
Desde el punto de vista técnico, la obra muestra un dominio extraordinario de la taracea, una técnica que implicaba trabajar con materiales importados como el lapislázuli (procedente de Afganistán), lo que indica la existencia de redes comerciales extensas. Además, su estilo influirá en obras posteriores como la Estela de los Buitres o la Estela de Naram-Sin, donde se repite el recurso de los registros narrativos y la jerarquía visual. En palabras de Zainab Bahrani, “el arte mesopotámico no representa lo real, sino el orden ideal de la ciudad”.
Función y significado
El Estandarte de Ur, por tanto, no es solo una obra estética, sino una herramienta política, un documento visual que establece cómo debe funcionar la sociedad: jerárquica, obediente y centrada en el rey. Es una declaración de poder, organizada con precisión simbólica y rigor visual.
Conclusión. Estandarte de Ur.
El Estandarte de Ur es una obra clave en la historia del arte, tanto por su antigüedad como por su sofisticación visual. Representa uno de los primeros ejemplos documentados de narración visual estructurada, donde cada figura y cada registro responde a un propósito narrativo y simbólico. Su valor reside en la codificación del poder real y del orden social en imágenes reconocibles y repetibles. La obra anticipa principios básicos del arte político que pervivirán durante milenios: la exaltación del líder, la justificación de la violencia, la celebración del triunfo.
Además, su influencia se extiende mucho más allá del arte mesopotámico. En el arte egipcio, persa, romano e incluso medieval, se mantendrá la organización jerárquica, la narrativa visual secuencial y la función propagandística del arte. En el siglo XX, artistas como Fernand Léger o Paul Klee recuperaron el ritmo compositivo y el valor simbólico de estas formas primitivas.
En definitiva, el Estandarte de Ur constituye una de las primeras grandes sintetizaciones visuales del poder humano, y marca un hito en la historia de la representación.
Bibliografía. Estandarte de Ur.
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Bahrani, Z. (2003). The Graven Image: Representation in Babylonia and Assyria. University of Pennsylvania Press.
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Frankfort, H. (1996). El arte y la arquitectura del Oriente antiguo. Madrid: Cátedra.
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- Wikipedia