Sin duda alguna, el busto de Nefertiti es un referente del Arte Egipcio y a menudo se ha considerado el ideal de belleza femenino en el Antiguo Egipto. La obra sigue despertando hoy en día la admiración de expertos y curiosos.
Nefertiti
DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una escultura de bulto redondo que representa el busto de Nefertiti. Se cree que su autor pudiera ser Tutmés en el siglo XIV a. C. Seguramente se tratara de un encargo del faraón Amenofis IV, también conocido como Akenatón del retrato de su mujer Nefertiti.
ANÁLISIS FORMAL: El busto, estaría realizado en piedra caliza y recubierto con yeso para modelar los detalles, como se observa en la imagen está ricamente policromado que contribuye a una mayor efecto realista. La superficie está bastante pulida, lo que expresa un gran refinamiento en su tratamiento. La escultura está perfectamente proporcionada, pudiendo dividirla en tres partes, la superior que estaría conformada por la tiara, la central por el rostro y la inferior con el busto propiamente dicho, la simetría también es perfecta, además debemos mencionar el desproporcionado largo del cuello que contribuye a una mayor esbeltez y estilización de la figura, y la curva sinuosa formada por el cuello y la tiara que aportan un sereno movimiento. Todos estos aspectos, proporción, simetría, estilización y movimiento contribuyen a transmitir la esencia de Nefertiti, que en egipcio significa “la belleza está aquí”, mostrando un busto de enorme belleza plástica y armonía. Aunque sigue algunos patrones de la estatuaria egipcia como cierto hieratismo y falta del movimiento, supone un cambio conceptual debido a una búsqueda de mayor naturalismo que podemos apreciar en la sonrisa esbozada del rostro, y el intento de buscar los rasgos individuales en lugar de la idealización de lo inmutable y eterno como apreciamos en las diferentes manifestaciones del arte egipcio.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Parece que este busto fue una escultura que serviría de modelo para otras esculturas o pinturas posteriores, por lo que la reina podría no estar presentar durante su ejecución. Esto parece ser así por la falta del vidrio del ojo izquierdo, que parece, según las últimas investigaciones que jamás llegó a estar ocupado. Parece que durante el reinado de Amenofis IV, Nefertiti llegó a tener una importancia crucial en las decisiones de gobierno, algo poco usual en el Antiguo Egipto, de ahí la importancia de este busto, ya que la reina participaría en todas la representaciones artísticas reales.
COMENTARIO: Este busto responde a un cambio en las manifestaciones artísticas que se dieron durante el reinado de Amenofis IV. Durante más de 3000 años el Arte Egipcio apenas sufrió evolución, lo que acentuaba su marcado carácter conceptual que pretendía representar lo inmutable y lo eterno, en lugar de lo mutable y cambiante. Sin embargo, durante el Imperio Nuevo, Amenofis IV accede al poder y traslada la capital a Tell el-Amarna, donde llevará a cabo una revolución cultural y religiosa. Uno de los cambios más profundos se dará en la religión donde se pasará a un culto monoteísta de adoración al Disco Solar, conocido como Atón, y el mismo Amenofis cambiará su nombre a “Akenatón” como hijo del Disco Solar. Otros cambios importantes se darán en la representación artística, donde se aprecia un giro hacia el naturalismo, al desaparecer el panteón de dioses y el único dios era representado por el Disco Solar, comienzan a introducirse figuras de la familiar real, en escenas a veces cotidianas, éstas pierden la rigidez y el hieratismo y ganan en naturalismo y movimiento. Tras la caída de Akenaton, por motivos que aún desconocemos, se restauró el orden anterior, y el arte volvió a los rígidos esquemas anteriores. Por suerte, gracias a obras como este busto de Nefertiti, podemos saber, que los artistas egipcios tenían la capacidad suficiente para llevar a cabo otras formas de representación alejadas de lo que usualmente estamos acostumbrados en el Arte Egipcio y a descubrir este apasionante episodio de la historia del Antiguo Egipto.