CONVENIO DE VERGARA

Artículo 1.º — Espartero recomendaría al gobierno proponer a las Cortes la concesión o modificación de los fueros.

Arts. 2.º, 3.º, 4.º, 5.º y 6.º — Los empleos, grados y condecoraciones carlistas serían reconocidos, pudiendo seguir sirviendo los oficiales a Isabel II acatando la Constitución de 1837 o bien solicitar el retiro o la licencia temporal. Recibirían los sueldos que correspondían por reglamento. Los que marchaban a vivir al extranjero, recibirían 4 pagas por adelantado y las restantes al volver a España. Todo esto se hacía igualmente extensivo a los empleados civiles del ejército carlista.

Art. 7.º — Lo acordado se aplicaría a los integrantes de las divisiones de Navarra y Álava si estaban dispuestos a aceptar lo convenido.

Art. 8.º — Los carlistas debían entregar armas, vestuarios y víveres a Espartero.

Art. 9.º — Los prisioneros de los cuerpos de Vizcaya y Guipúzcoa, así como los de la división castellana que aceptasen el convenio, quedarían en libertad, reconociéndoles todo lo acordado en los artículos citados.

Art. 10.º — Espartero se comprometía a solicitar al gobierno —para que este lo hiciese extensivo a las Cortes— atender a las viudas y huérfanos de carlistas muertos en la guerra.

Espartero y Maroto. Oñate (Guipúzcoa) el 31 de agosto de 1839


Comentario de texto Convenio de Vergara


Clasificación

El presente documento es un fragmento del Convenio de Vergara, firmado el 31 de agosto de 1839 en la localidad guipuzcoana de Oñate, por Baldomero Espartero y Rafael Maroto, representantes del ejército liberal y del ejército carlista, respectivamente. Es una fuente primaria, de naturaleza histórico-jurídica y circunstancial, ya que constituye un acuerdo entre ambas partes para poner fin a la Primera Guerra Carlista (1833-1839).

Además, este texto se redactó en el contexto de la Guerra Civil que enfrentó a los defensores del absolutismo carlista, principalmente en el norte peninsular, con los liberales constitucionalistas, seguidores de Isabel II. Su localización geográfica, en el País Vasco, resulta coherente con el área donde el conflicto tuvo mayor intensidad.

El texto posee un carácter público, pues su aplicación afectaba directamente a los ejércitos en combate, pero también a la administración y a la opinión pública. Su intencionalidad es política y conciliadora, ya que busca alcanzar la paz sin represalias, respetando los grados y derechos de los vencidos. A su vez, tiene un propósito propagandístico: proyectar una imagen de clemencia y unidad en un momento de crisis institucional.


Análisis

El texto expresa de forma directa los términos pactados entre ambas partes.

La idea principal es la rendición y reintegración de los oficiales carlistas al ejército isabelino, sin represalias ni pérdida de privilegios, como vía para consolidar la paz.

Ideas secundarias destacadas:

  • Reconocimiento de fueros: Espartero se compromete a recomendar que el gobierno someta el tema foral a las Cortes. Esta cláusula pretende calmar los temores de las provincias vascas y navarras, donde el carlismo había sido especialmente fuerte.

  • Reincorporación de militares y civiles carlistas: Se acepta que los oficiales conserven sus grados, sueldos y empleos. También se les permite elegir entre seguir en el ejército, retirarse o solicitar licencia. De igual modo, los civiles vinculados al ejército carlista quedan amparados por estas condiciones.

  • Extensión del acuerdo a otras divisiones: Las tropas de Navarra y Álava también pueden acogerse al convenio si lo aceptan, ampliando su alcance territorial.

  • Entrega de recursos: Se exige la entrega de armas, víveres y vestuario como símbolo del fin de la contienda y la subordinación al ejército liberal.

  • Liberación de prisioneros: Quienes acepten el convenio serán liberados, con los mismos derechos que los firmantes directos. Este punto refuerza el carácter pacificador del acuerdo.

  • Asistencia social a las familias carlistas: Se solicita al gobierno el amparo a viudas y huérfanos de los combatientes del bando vencido. Este gesto, evidentemente, pretende cerrar heridas y facilitar la reconciliación.


Comentario

El Convenio de Vergara representa uno de los episodios más singulares del siglo XIX español, especialmente porque fue una solución negociada a un conflicto civil. La Primera Guerra Carlista estalló tras la muerte de Fernando VII en 1833. A causa de la Pragmática Sanción, su hija Isabel II fue proclamada reina, bajo la regencia de María Cristina. Sin embargo, los carlistas, defensores del infante Carlos María Isidro, rechazaron esta decisión, sosteniendo una visión absolutista, foral y tradicionalista.

Durante seis años, se sucedieron enfrentamientos violentos, particularmente en el norte. Aunque los carlistas tuvieron éxitos iniciales, su situación se volvió insostenible. Maroto, general carlista en el norte, comprendió que la derrota era inminente. Entonces, optó por negociar con Espartero, líder del ejército liberal, dando lugar al acuerdo.

Espartero, por su parte, aprovechó la oportunidad. A pesar de las diferencias ideológicas, buscaba una salida pragmática. Además, la opinión pública y parte del ejército liberal estaban fatigados tras años de guerra. El acuerdo, ciertamente, permitió evitar un baño de sangre final, lo cual lo hace excepcional.

El texto refleja bien este espíritu. No se impone la derrota con humillación. Por el contrario, se ofrece a los carlistas la reincorporación digna y el reconocimiento de sus méritos. Así mismo, se deja abierta la posibilidad de proteger los fueros, un asunto muy sensible para las provincias vascas.

El impacto fue considerable. Espartero ganó un prestigio enorme, lo que lo llevaría a ser nombrado Regente del Reino en 1840. Por su parte, el carlismo quedó debilitado, aunque no desapareció. Eventualmente, resurgiría en otros conflictos (Segunda y Tercera Guerras Carlistas). Sin embargo, este momento marcó el inicio de un largo dominio liberal.

En términos historiográficos, el Convenio ha sido visto como un acto de alta política militar, más que como una traición carlista o una simple victoria liberal. De hecho, autores como Josep Fontana destacan que este acuerdo reflejó una clara voluntad de integración institucional por parte del liberalismo.


Conclusión. Comentario de texto Convenio de Vergara

El Convenio de Vergara simboliza un intento, poco común en la España del siglo XIX, de alcanzar la paz mediante el diálogo. Con ello, se evitó un castigo colectivo y se allanó el camino hacia la integración del carlismo moderado. Aunque no resolvió de raíz las tensiones ideológicas y territoriales, sí logró una pausa duradera en la confrontación armada.

Desde el punto de vista actual, este acuerdo conserva un enorme valor histórico y simbólico. Fue una muestra de que incluso en contextos de guerra civil, la negociación y la clemencia pueden prevalecer sobre la violencia y la exclusión. Por todo esto, el Convenio de Vergara debe ser recordado no solo como el cierre de una guerra, sino como un hito en la búsqueda de una España más cohesionada.


Bibliografía. Comentario de texto Convenio de Vergara

  • Artola, M. (1986). La España de Fernando VII: El precio del despotismo. Madrid: Alianza Editorial.

  • Carr, R. (2001). España, 1808-1975. Barcelona: Ariel.

  • Fontana, J. (2007). La época del liberalismo. Madrid: Crítica.

  • Esdaile, C. (2003). La guerra de la Independencia y los orígenes del carlismo. Barcelona: Crítica.

  • Suárez Cortina, M. (2010). El liberalismo en España: historia de una ilusión. Madrid: Biblioteca Nueva.

  • Wikipedia

 

Comentario de texto Convenio de Vergara

Comentario de texto Convenio de Vergara

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