
Alineamientos de Carnac. Comentario
Alineamientos de Carnac
Clasificación
Los alineamientos de Carnac son un conjunto monumental de origen neolítico situado en la región de Bretaña, al noroeste de Francia. Su cronología abarca aproximadamente desde el 5000 a.C. hasta el 2000 a.C., lo que los sitúa entre las primeras manifestaciones del arte megalítico europeo. Se componen de más de 3000 bloques de granito, conocidos como menhires, distribuidos en alineamientos y otras formaciones como cromlechs y dólmenes. Generalmente, se asocian a prácticas religiosas, astronómicas o funerarias, aunque su función exacta sigue siendo debatida. El conjunto forma parte de la prehistoria monumental europea y ha sido objeto de estudio arqueológico desde el siglo XIX. Actualmente, se conservan en su emplazamiento original, protegidos como patrimonio cultural de Francia y accesibles al público bajo medidas de conservación.
Descripción
Los alineamientos de Carnac forman parte de la arquitectura megalítica, construida por sociedades agrícolas del Neolítico. Principalmente, están compuestos por menhires dispuestos en hileras paralelas, algunos de los cuales se vinculan con dólmenes y túmulos. El material predominante es el granito local, que fue erguido sin el uso de argamasa. A diferencia de otras estructuras, no presentan una planta cerrada; así, su distribución espacial responde más a criterios simbólicos o rituales. Carecen de fachada tradicional, ya que se trata de una obra al aire libre. Tampoco existen elementos sustentantes o sustentados en sentido clásico. Su estructura se basa en la verticalidad de cada piedra, algunas de las cuales alcanzan hasta cuatro metros. Eventualmente, se observan cubiertas en estructuras asociadas como los dólmenes. El alzado no se organiza en niveles, pero sí en progresiones de altura. Evidentemente, los elementos decorativos son escasos, aunque se han hallado grabados en algunos monolitos con formas geométricas o símbolos abstractos.
Análisis
La luz natural desempeña un papel crucial, ya que el conjunto está expuesto al aire libre. Así, los juegos de sombras cambian a lo largo del día, dotando de dinamismo a los alineamientos. El color, por su parte, es uniforme: predominan los tonos grises y ocres del granito, lo que refuerza su integración en el paisaje. El volumen de cada piedra varía, aunque la mayoría presentan formas alargadas. Desde lejos, el conjunto forma un patrón ondulante, especialmente visible en los alineamientos de Le Ménec, Kermario y Kerlescan. El ritmo visual es constante, marcado por la repetición de piedras en secuencia regular. A pesar de la aparente homogeneidad, existen variaciones en la altura y separación de los monolitos, lo que sugiere planificación. Las proporciones se orientan a la verticalidad individual, aunque el diseño general transmite horizontalidad. En consecuencia, el conjunto produce una impresión de solemnidad, orden y permanencia en el tiempo.
Comentario
El arte megalítico aparece en Europa entre el VI y el III milenio a.C., siendo uno de los fenómenos arquitectónicos más antiguos del continente. En particular, los alineamientos de Carnac son paradigmáticos de esta tradición. Dado que se localizan en la Bretaña francesa, región con alta densidad de monumentos megalíticos, algunos estudios sugieren que fueron centros de poder espiritual o astronómico. Por tanto, su ubicación no es aleatoria. Generalmente, se acepta que estas construcciones fueron erigidas por sociedades neolíticas ya organizadas y sedentarias, dedicadas a la agricultura y la ganadería.
La función de los alineamientos aún se debate. Algunos investigadores, como Jean-Pierre Mohen, han propuesto su uso como observatorios solares. Otros autores, en cambio, los vinculan con rituales funerarios o de cohesión social. Ciertamente, su orientación astronómica refuerza la primera hipótesis, aunque no se descarta una combinación de usos. En cualquier caso, los alineamientos evidencian una voluntad colectiva de monumentalizar el paisaje, confiriéndole un carácter sagrado.
El estilo megalítico se caracteriza por:
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Bloques de piedra de gran tamaño, erigidos sin argamasa.
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Finalidad ritual, funeraria o simbólica, no funcional.
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Ausencia de individualización artística; el autor es la comunidad.
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Relación directa con el entorno natural y el paisaje.
Entre las obras más representativas de este estilo, además de Carnac, destacan Stonehenge en Inglaterra, Callanish en Escocia y los dólmenes de Antequera en España. En todos ellos, la interacción con el cielo y la tierra resulta clave. No conocemos nombres propios de sus constructores, ya que estas culturas no habían desarrollado la escritura. No obstante, su capacidad técnica y organizativa es evidente. Realmente, los alineamientos de Carnac revelan una cosmovisión compleja, en la que arte, religión y astronomía estaban estrechamente vinculados.
Conclusión
Concluyendo, los alineamientos de Carnac representan una de las expresiones más ambiciosas y significativas del megalitismo europeo. Su escala, diseño y permanencia los convierten en un documento invaluable sobre las primeras sociedades complejas del continente. A pesar de su antigüedad, su simbolismo sigue despertando interés académico y artístico. Por añadidura, su impacto ha trascendido a la modernidad: movimientos como el land art y escultores como Brancusi o Noguchi han reconocido su influencia.
Finalmente, esta obra demuestra que la arquitectura no siempre se concibió para habitar, sino también para sacralizar el espacio y dialogar con el cosmos. Los alineamientos de Carnac son, sin duda, un legado tangible de las primeras arquitecturas del pensamiento.
Bibliografía
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Gimbutas, M. (1991). La civilización de la Diosa: el mundo de la Vieja Europa. Ediciones Obelisco.
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Renfrew, C. (1976). Antes de la civilización. Crítica.
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Daniel, G. E. (1972). Los constructores de megalitos de Europa Occidental. Ediciones Guadarrama.
- Wikipedia