“Considerando que las horribles condiciones que han existido en la isla de Cuba, tan próxima a nuestras costas, por más de tres años, condiciones que han ofendido el sentido moral el pueblo de los EE.UU. […], y que han culminado en la destrucción de un acorazado de los EE.UU. durante una visita amistosa al puerto de la Habana […], no pueden soportarse por más tiempo como lo afirma el presidente de los Estados Unidos en su mensaje de 11 de Abril de 1898, sobre el cual el Congreso ha sido invitado a pronunciarse.
En consecuencia, el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, reunidos en Congreso han resuelto:
Primero: que el pueblo de la isla de Cuba es, y tiene derecho a ser, libre e independiente.
Segundo: que los Estados Unidos tienen el deber de pedir, y por tanto el Gobierno de los Estados Unidos pide, que el Gobierno español renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno sobre la isla de Cuba y retire de Cuba y de las aguas cubanas sus fuerzas terrestres y navales […]
Si a la hora del mediodía del sábado próximo, 23 de abril, no ha sido comunicada a este Gobierno por el de España una completa y satisfactoria respuesta a la Resolución en tales términos que la paz de Cuba quede asegurada, el presidente procederá sin ulterior aviso a usar poder y autorización ordenados y conferidos a él, tan extensamente como sea necesario”.
Ultimátum norteamericano a España, 19 de abril de 1898.
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Dewey aplasta a la Armada Española en Manila.
Periódico The World. 1 de Mayo de 1898 |
CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante una fuente primaria, aunque fragmentada, de naturaleza jurídica, ya que se trata de una Resolución aprobada por el poder legislativo de EE.UU. se trata del ultimátum norteamericano a España, votado en el Congreso de los EE.UU. el 18 de Abril de 1898 y publicado al día siguiente. Tras la negativa a abandonar la soberanía de la isla de Cuba por parte de España, EE.UU. declaró la guerra a España el 25 de Abril con carácter retroactivo desde el 21 de Abril. Su autoría es colectiva e institucional y se atribuye al Congreso de los Estados Unidos de América y su carácter es público y su destinatario es el Gobierno de España, presidido por Práxedes Mateo Sagasta, representante del Partido Liberal durante la regencia de María Cristina.
ANÁLISIS: La idea principal del texto es la de establecer un ultimátum a España para que abandone la soberanía de la isla de Cuba. Se estructura en tres partes bien diferenciadas, una primera donde se establecen unas consideraciones previas sobre la situación de la isla de Cuba, seguidas de las condiciones y términos que se exigen al Gobierno de España para finalizar con la declaración del ultimátum y autorización al presidente para declarar la guerra.
Entre las consideraciones previas destacan ideas como “las condiciones que han existido en la isla de Cuba, por más de tres años” que se refieren a las duras condiciones a las que se somete a la población rural, que forman parte de la política de terror aplicada por el general Weyler en el contexto de la Guerra de la Independencia de Cuba (1895-1898) pero sobre todo “la destrucción de un acorazado”, se refiere a la explosión del acorazado Maine, en circunstancias no esclarecidas mientras se encontraba atracado en el puerto de La Habana, provocando más de 200 muertos. Es sin duda, este hecho el auténtico casus belli, ya que la influencia de la prensa, controlada por el magnate Hearst provoca la contestación del pueblo norteamericano y la presente resolución del Congreso.
El texto además hace alusión a dos ideas esenciales como es el derecho de Cuba a la independencia, derecho asumido por Estados Unidos como uno de sus principios fundacionales, y el derecho de Estados Unidos a pedir que el Gobierno de España renuncie a su soberanía sobre la isla, idea que forma parte del conocido Destino Manifiesto, o Doctrina Monroe que trata de evitar cualquier intervención extranjera en el continente americano bajo el lema “América para los americanos”.
En cuanto al ultimátum, se establece un plazo de tres días para la renuncia de España a la soberanía de la isla de Cuba y la autorización al Presidente de EE.UU. para declarar la guerra.
COMENTARIO: Cuba era colonia española desde el siglo XVI, debido a su pequeña extensión se mantiene su soberanía durante el proceso de emancipación que se lleva a cabo en Hispanoamérica durante el primer tercio del siglo XIX. Cuba era una importante colonia, a la que se dirigían el 50% de las exportaciones de la península, equilibrando su balanza comercial, sin embargo, Cuba no dependía de España, ya que el 90% de su mercado de azúcar y tabaco era EE.UU. Su sociedad estaba dividida en una oligarquía de origen peninsular, propietaria de las producciones azucareras que además controlaba toda la administración de la isla y una burguesía criolla, de clases medias que pedía reformas, entre ellas la abolición de la esclavitud y mayores cotas de autogobierno de la isla.
Pronto surge un enfrentamiento entre ambos segmentos que se materializa en la Guerra Grande o Guerra de los 10 años (1868-1878) que finaliza con la Paz de Zanjón con la promesa de Martínez Campos de dotar de mayor autogobierno y aboliendo la esclavitud. Entre 1879 y 1880 tiene lugar la conocida como Guerra Chica, a su finalización tiene lugar la abolición de la esclavitud. Continúan años de paz, pero el movimiento independentista ya ha calado en la sociedad, pronto se materializa con el Partido Revolucionario Cubano de José Martí que inicia en 1895 la Guerra de la Independencia.
La realidad es que en 1898 la guerra parecía perdida para los españoles y es en ese momento cuando los norteamericanos deciden intervenir, utilizando la explosión del acorazado Maine como un pretexto, acusando a España de su hundimiento. Tras la negativa del Gobierno de Sagasta de renunciar a la soberanía de la isla de Cuba, Estados Unidos declara la guerra interviene en Cuba y también en Filipinas complicando la situación de España, pronto llegará la victoria estadounidense.
Por el Tratado de París de 1898 se declara la independencia de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam pasan a ser dominio colonial de Estados Unidos y se acuerda la venta de Las Marianas y Carolinas a Alemania, que se ratificará en el acuerdo germano-español de 1899.
CONCLUSIONES: Las consecuencias inmediatas de la Guerra Hispano-Estadounidense fue la pérdida del imperio colonial español, pero sus consecuencias fueron mucho más profundas para la sociedad española del momento que cayó en una crisis identitaria como nación, la pérdida de las colonias, la victoria sufrida por una nación de nuevo cuño, y la profunda crisis política con escandalosos casos de corrupción, el caciquismo y el asesinato poco antes de Cánovas de Castillo. Esta crisis de identidad dará lugar al nacimiento de un movimiento cultural, con profundos tintes pesimistas sobre la sociedad española, representado por intelectuales como Valle Inclán, Pío Baroja, Machado, Ortega y Gasset o Zuloaga conocido como Generación del 98, en el ámbito político nace el movimiento conocido como Regeneracionismo con Joaquín Costa como máximo exponente que critica la corrpución y el caciquismo, así como la falsa democracía del sistema turnista impuesto por Cánovas del Castillo, la repercusiones darán lugar también al nacimiento de movimientos nacionalistas y regionalistas con expresión política en el PNV y la Lliga Regionalista en Cataluña. Todos estos fenómenos tendrán repercusiones en la política española de todo el siglo XX.