
Maison Carrée
Maison Carrée
Clasificación
La Maison Carrée, construida en la ciudad de Nimes (Francia) durante los primeros años del siglo I d.C., bajo el reinado del emperador Augusto, constituye uno de los templos romanos mejor conservados de la Antigüedad. Su autor es desconocido, como suele ocurrir en la arquitectura romana, donde el carácter funcional y colectivo prima sobre la autoría individual. Se inscribe dentro del estilo clásico romano con claras influencias helenísticas, particularmente del orden corintio. Se localiza en el sur de Francia, en una antigua colonia romana, y su excelente estado de conservación se debe al uso continuado del edificio a lo largo de los siglos como iglesia, casa consistorial, almacén, museo, entre otros.
Descripción
La Maison Carrée presenta la tipología de templo romano de planta rectangular, elevada sobre un alto podio accesible únicamente desde el frente mediante una gran escalinata. El edificio está construido con piedra caliza blanca local, cuidadosamente tallada y ensamblada. La planta es próstila y hexástila, con un pórtico de seis columnas corintias en su fachada frontal y columnas adosadas en los laterales de la cella, lo que genera un efecto seudo-períptero.
La fachada está dominada por el pórtico clásico con su entablamento completo, friso decorado y frontón triangular. Los elementos sustentantes son las columnas acanaladas y el podio, mientras que los elementos sustentados incluyen el entablamento, la cubierta y la cella. La estructura es adintelada, característica de la arquitectura clásica, y la cubierta es a dos aguas. El alzado muestra proporciones armónicas, con un juego equilibrado entre horizontalidad y verticalidad. Destacan como elementos decorativos los capiteles corintios, las molduras del entablamento y la ornamentación vegetal del friso.
Análisis
La luz desempeña un papel fundamental en la percepción del edificio: el exterior luminoso contrasta con el interior oscuro, realzando la sensación de lo sagrado. Esta transición entre la luz exterior y la penumbra interior está cuidadosamente calculada, y acentúa el carácter ceremonial del templo.
El color predominante es el blanco natural de la piedra caliza, que refleja la luz y resalta los relieves escultóricos; no obstante, es posible que en origen estuviera parcialmente policromado.
En cuanto al volumen, el templo muestra una clara organización tridimensional: se distingue perfectamente el podio, el pórtico y la cella, todos como cuerpos independientes pero armónicamente integrados.
El ritmo se evidencia en la repetición de elementos arquitectónicos como las columnas, creando un efecto visual de equilibrio y regularidad.
Las proporciones son cuidadosamente estudiadas, con predominio de la verticalidad en el pórtico que se contrarresta con la horizontalidad del entablamento. El conjunto transmite una sensación de estabilidad, serenidad y orden, valores centrales en la estética augustea.
Comentario
Contexto histórico
La Maison Carrée se erige como un ejemplo canónico de la arquitectura religiosa del Imperio Romano, en un momento crucial para la consolidación del nuevo régimen político instaurado por Augusto. El templo fue dedicado a Cayo y Lucio César, nietos adoptivos de Augusto y herederos del Imperio, fallecidos prematuramente. Esta dedicatoria tiene una doble función: religiosa, como lugar de culto, y política, como exaltación de la dinastía julia. El templo encarna a la perfección la estrategia propagandística del principado, que utilizó el arte y la arquitectura como vehículos para difundir la imagen de estabilidad, continuidad y poder divino del nuevo orden imperial.
Rasgos del estilo
Desde el punto de vista estilístico, la Maison Carrée aúna lo mejor del legado griego y etrusco. De los griegos toma el orden corintio, la claridad compositiva y el uso del pórtico monumental; de los etruscos hereda la planta elevada sobre podio y el acceso frontal, típico del templo itálico. La combinación de estos elementos, reinterpretados por el genio constructivo romano, da lugar a una arquitectura de gran expresividad y funcionalidad.
Extensión geográfica
El estilo romano imperial, surgido a finales del siglo I a.C., se extiende rápidamente desde Roma a todo el territorio del Imperio. La Galia, donde se sitúa Nimes, fue uno de los focos privilegiados para la implantación de modelos arquitectónicos imperiales. Este proceso se enmarca dentro del fenómeno conocido como romanización, mediante el cual las provincias asimilan progresivamente los valores culturales, religiosos y políticos romanos. En este sentido, la Maison Carrée es mucho más que un templo: es un símbolo de identidad y pertenencia al mundo romano.
Obras paradigmáticas
Las obras más paradigmáticas de este estilo incluyen el Templo de Augusto y Roma en Ankara, el Panteón en Roma y el Templo de Vesta en Tivoli. En todas ellas se observa un equilibrio entre tradición y modernidad, y una clara vocación de monumentalidad. Los arquitectos romanos, aunque generalmente anónimos, eran profesionales formados en matemáticas, geometría y filosofía, como demuestra el tratado de Vitruvio, que sistematizó los principios constructivos del arte romano.
Conclusión. Maison Carrée
La Maison Carrée constituye una obra clave en la historia de la arquitectura clásica. Su principal aportación reside en la síntesis armoniosa entre tradición griega y funcionalismo romano, todo ello al servicio de un mensaje político claro: la glorificación del Imperio y su dinastía. La pureza de sus líneas, la claridad de su estructura y la monumentalidad contenida de su diseño la convierten en un modelo atemporal.
Su influencia ha sido profunda y duradera. En el siglo XVIII, durante el auge del Neoclasicismo, fue redescubierta como arquetipo de templo clásico. Figuras como Thomas Jefferson la estudiaron personalmente y la utilizaron como modelo para el Capitolio del Estado de Virginia, al verla como expresión arquitectónica de los valores republicanos. Asimismo, numerosos edificios institucionales de los siglos XIX y XX, especialmente en Europa y América, se han inspirado en su diseño. La Maison Carrée no solo sobrevivió al paso del tiempo, sino que se convirtió en un legado vivo del lenguaje clásico, influyendo en el pensamiento arquitectónico moderno y contemporáneo.
Bibliografía. Maison Carrée
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Vitruvio, M. P. (2008). Los diez libros de arquitectura. Akal.
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Fletcher, B. (2011). Historia de la arquitectura. Editorial Reverté.
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Gros, P. (2001). La arquitectura romana. Editorial Ariel.
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Ramírez, J. A. (1999). Historia del arte: La arquitectura antigua. Alianza Editorial.
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Blázquez, J. M. (1992). El arte romano. Editorial Istmo.
- Wikipedia