«Andóbal (Indíbil) y Mandonio eran por aquel tiempo los dinastas más poderosos entre los íberos y de quienes se opinaba que eran los amigos más fieles de los cartagineses. Desde hacía tiempo, empero, estaban disgustados. Buscaban la ocasión de sublevarse desde que Asdrúbal, por desconfianza hacia ellos, les había exigido el pago de una gran suma de dinero y la entrega de sus mujeres e hijas como rehenes […]. Pensando que aquel era un momento oportuno, sacaron su ejército el campamento de los cartagineses durante la noche y se retiraron a unos lugares escarpados donde podían defenderse con seguridad. Tras este hecho, la mayoría de los íberos desertaron de Asdrúbal, ya que desde hacía tiempo estaban molestos por la arrogancia de los cartagineses […]. Escipión devolvió sus hijas a los ilergetes, y al día siguiente hizo un tratado con ellos. Lo esencial de este acuerdo era que habían de seguir a los jefes romanos y obedecer sus órdenes. Firmaron el tratado y se retiraron a sus campamentos.»
Polibio. Historias
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Monumento de Indíbil y Mandonio en Lérida. Medardo Sanmartí (1884) |
CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante un texto de naturaleza historiográfica, debido a que es fruto de la investigación histórica. Es un fragmento que forma parte de la colección Historia, escrita por Polibio en el siglo II a. C., se trata de un conjunto de narraciones que cuenta la historia de Roma desde el comienzo de la Primera Guerra Púnica 264 a. C. hasta el final de la Tercera Guerra Púnica en el 146 a. C. Tiene una finalidad didáctica y divulgativa y su destinatario es el público en general. Polibio está considerado una de las fuentes más importantes para conocer la República de Roma.
ANÁLISIS: La idea principal que se esgrime en el texto es el apoyo de los íberos a Escipión durante la Segunda Guerra Púnica. Para entender en su totalidad el texto se hace necesario aclarar algunos conceptos que aparecen en el mismo.
En primer lugar aparece Indíbil, nombre con el que se conocía al rey de los ilergetes, uno de los pueblos íberos que se asentaban en lo que hoy sería el interior de Cataluña y parte de Aragón. Mandonio por su parte está considerado un lugarteniente de Indíbil, aunque otros autores lo consideran hermano de éste.
Cuando el texto se refiere Asdrúbal, está haciendo uno de los hijos de Amílcar Barca, y hermano de Anibal. Fue general cartaginés durante la Segunda Guerra Púnica.
Por último, con Escipión, el autor se refiere a Publio Cornelio Escipión conocido como el Africano, general romano con gran participación en la Segunda Guerra Púnica, su victoria sobre la ciudad de Carthago en África le valió el apodo de «El Africano» y que lo distinguía de su padre también llamado Publio Cornelio Escipión.
COMENTARIO: En el siglo III a. C. tras la desaparición del Imperio de Alejandro Magno, Roma y Carthago se erigen en las dos grandes potencias que dominan el Mediterráneo. Entre el 264-241 a. C. tiene lugar la Primera Guerra Púnica entre ambas, la victoria a favor de la República Romana se saldó con la pérdida de Sicilia y el pago de 3200 talentos de plata por parte de Carthago, además de perder su dominio naval en el Mediterráneo Occidental.
Amílcar Barca, general cartaginés derrotado, decidió expansionarse por la península Ibérica como solución a la difícil situación de Carthago. Su yerno, Asdrúbal el Bello, gracias a una extraordinaria habilidad diplomática consiguió establecer alianzas con los pueblos íberos y dominar todo el sur de la península Ibérica y fundar una nueva capital.
La República Romana comienza a ver una amenaza en los cartagineses de la península Ibérica. Todavía debilitados por la Primera Guerra Púnica y las invasiones de los celtas del norte deciden pactar con Asdrúbal el Bello, un reparto de las zonas de influencia en la península, situando la frontera en el río Ebro. Lo que les permitiría cierta estabilidad política para hacer frente a las guerras con los celtas.
En el 221 a. C., Asdrúbal el Bello muere y su cuñado, pasa a liderar a los cartagineses en Hispania, comenzando una política más belicosa que la de su hermano y planeando la invasión de Roma. Una de las primeras medidas que toma es el ataque y asedio de la ciudad de Sagunto en el 219 a. C. Para la República Romana esto suponía una vulneración del tratado ya que Sagunto era aliada de Roma, sin embargo, Aníbal se defiende diciendo que está bajo la zona de influencia cartaginesa.
La toma dese convierte así en el «casus belli» de la Segunda Guerra Púnica. Aníbal, siendo consciente de la superioridad naval de Roma inicia una ofensiva por tierra, con una gran expedición, de hombres, caballos y elefantes que logró atravesar los Alpes e invadir la península Itálica. Mientras en la península Ibérica, Publio Cornelio Escipión (padre) comienza la ofensiva desde el Norte del Ebro. Durante 8 años, Aníbal consigue victorias en la península Itálica y avanza lentamente hacia, la capital, Roma, en Hispania, su hermano Asdrúbal Barca trata de contener a los romanos, para ello se sirve de sus alianzas con los pueblos íberos, como los ilergetes, ilergavones, bastetanos, edetano y contestanos.
Los pueblos íberos siempre habían sido aliados de los cartagineses y habían logrado muchas victorias sobre las guarniciones romanas, en el 210 a. C. los cartagineses vencen a los romanos, y los ilergetes ven reducidos sus territorios, Asdrúbal aprovechando su fuerza y la desconfianza que le generaban los ilergetes, ofrece su protección a cambio de una enorme suma de dinero, además de tener como rehenes a las hijas y esposas, incluida la de Indíbil. El rey ilergete acepta, pero sin embargo, poco después deciden desertar de Asdrúbal, ese mismo año llega a la península Ibérica Publio Cornelio Escipión el Africano, quien pacta con ellos la devolución de los rehenes a cambio de fidelidad a Roma.
Gracias a la ayuda de Indíbil y Mandonio, Publio Cornelio Escipión logra conquistar Carthago Nova en el 209 a. C., liquidando prácticamente todo el poder de la península. Indíbil al año siguiente (208 a. C.) se vuelve a rebelar contra Roma, porque no está dispuesto a cumplir con lo pactado, apresado y puesto en libertad. En el 207 a. C. cuando todo el territorio del levante peninsular está conquistado prácticamente por Roma, intenta otra ofensiva junto al general cartaginés Magón y otros pueblos íberos, siendo nuevamente derrotado. Poco después intenta otra ofensiva donde muere. Los ilergetes volverán a sublevarse al poder romano una vez más en el 195 a. C. donde serán sometidos definitivamente comenzando su decadencia.
Durante el trascurso de este episodio Aníbal decide retirarse y no atacar la ciudad de Roma, así el poder de los cartagineses en Europa ha sido prácticamente reducido a la nada.
En el año 204 a. C. Escipión se traslada con su flota a África, con el fin de atacar la ciudad de Carthago. En el año 203 a. C. Escipión consigue colocarse a las puertas de Carthago, Aníbal, ante la imposibilidad de ganar la contienda y la inutilidad de seguir resistiéndose decide rendirse.
Aníbal y Escipión son los protagonistas de las negociaciones de paz, que serán ratificadas en el 201 a. C. por el senado romano y cartaginés. La paz se salda con la pérdida de todas las posesiones cartaginesas fuera de África, prohibición de declarar la guerra sin permiso de Roma, y el pago de 10000 talentos de plata en 50 años.
La guerra tuvo unas enormes consecuencias en el Mediterráneo, dejando a Carthago en un segundo plano, mientras la pequeña ciudad del Tíber se convertía en la mayor potencia militar del Mediterráneo Occidental.
El desenlace final tendrá lugar unos 50 años después con la Tercera Guerra Púnica (149-146 a. C.) que llevó a la destrucción total de Carthago y a la muerte o esclavitud de sus habitantes.
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