“De Turdetania se exporta trigo, mucho vino y aceite; éste, no sólo en cantidad, sino de calidad insuperable. Expórtase también cera, miel, pez, mucha cochinilla y minio mejor que el de la tierra sinóptica. Sus navíos los construyen allí mismo con madera del país. Tienen sal fósil y muchas corrientes de ríos salados, gracias a lo cual, tanto en estas costas como en las de más allá de la Columnas, abundan los talleres de salazón de pescado, que producen salmueras tan buenas como las pónticas. Antes se importaba de aquí cantidad de tejidos; hoy mismo sus lanas son más solicitadas que las de Koraxoí, y nada hay que las supere en belleza. Por un carnero reproductor se paga no menos de un tálaton. De gran calidad son también los tejidos ligeros que fabrican los saltiétai”.


Estrabón, Geografía III.


la bética por estrabón, comentario de texto

CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante un texto de naturaleza geográfica. Se trata de un fragmento de libro III de la obra Geografía, escrita por Estrabón en torno al 29 a. C. Estrabón fue un geógrafo romano, que aprovechando los años de la Pax Romana, viajó por todo el Imperio desde Armenia hasta Hispania y el alto Nilo. Su obra geográfica no responde al sentido moderno de la Geografía como disciplina que aplicando el método científico que trata de explicar los fenómenos geográficos, sino que responde al concepto de logografía o descripción de los lugares visitados, sus gentes, su organización social, sus actividades económicas y su historia. La intención del texto sería la didáctica y divulgativa y su carácter es público dirigido a un sector culto.

ANÁLISIS: La idea principal del texto es expresar las diferentes riquezas de la provincia Bética que pertenecía a la Hispania romana. La bética nace en el 27 a. C. tras las división provincial de Augusto y se considera provincia senatorial, es decir, depende del Senado Romano y será por gobernada por un procónsul. Hoy coincidiría más o menos con el territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Estrabón, sin embargo, se refiere a ella como la Turdetania, utilizando el nombre del pueblo íbero que habitaba esta región.

Entre las ideas secundarias se exponen las diferentes riquezas, algunas de ellas especialmente codiciadas por la capital del Imperio. A continuación realizaremos una relación de aquellas que se detallan en el texto. El texto, Estrabón comienza hablando de los productos agrícolas como el trigo, el vino y el aceite, obviamente, tratándose de una región mediterránea, esta triada de cultivos, debía ser una de las actividades agrícolas de mayor importancia y su producción sería abundante y de gran calidad. 

En segundo lugar habla de aquellos productos naturales como la miel y la cera, por lo que la apicultura debía ser también una actividad importante. Además  nombra el minio, que es un producto que se utiliza como pigmento obtenido de la oxidación del plomo, así como la cochinilla, que es un insecto del que se obtiene un pigmento muy preciado de un color conocido como carmín. Estos pigmentos se solían utilizar aplicados a la cerámica, a los tejidos y otros objetos decorativos.

Estrabón también nombra  las diferentes industrias de la región, tratándose de un región costera, parece lógico la existencia de astilleros y una actividad pesquera importante, que daría lugar a otras industrias secundarias como la de los salazones, que en la época del Imperio era importante debido a que permitía conservar los alimentos durante mucho tiempo. Estrabón destaca que los salazones son tan buenos como los realizados en la región del Ponto, donde sus producciones, realizadas a partir de las sales del Mar Negro, eran conocidas en todo el Imperio. En la Bética, son famosas aquellas que se encuentran más allá de las las Columnas de Hércules, es decir, más allá del estrecho, que coincidiría con la zona de las marismas del Guadalquivir, donde existiría una actividad salinera.

Otra industria destacada sería la textil, especialmente lanera, por lo que habría una actividad ganadera de ovicápridos importante. También habla de tejidos ligeros, que compara con los saltietai (pueblo del sur de Portugal), que seguramente se trataría de tejidos de lino.

COMENTARIO: La economía de Roma se basaba en la agricultura y el comercio, son precisamente estas actividades económicas las que conducen a la República Romana a transformarse en un Imperio. La conquista de nuevos territorios llevó aparejado el control de recursos naturales y humanos y una explotación sistemática del territorio en aras del crecimiento económico.

En este escenario, la península Ibérica, a la que los romanos llamaron Hispania, se convirtió en un territorio codiciado, ya que desde la Antigüedad tanto griegos y fenicios conocían sus riquezas. En el 216 a. C. con el comienzo de la II Guerra Púnica, Roma inicia la conquista del territorio, uno de los más valiosos del Mediterráneo.

Además de las riquezas de la Bética, que se exponen en este texto, los romanos explotaron todo el territorio, en cuanto a la actividad minera, destacan las minas de plomo, hierro y plata de Carthago, el mercurio de Almadén, la plata de Aznalcóllar en Sevilla, las minas de oro de las Médulas en el entorno del Bierzo, o el cobre en Río Tinto en Huelva. Para ello sometieron a la población indígena a condiciones de esclavitud.

En cuanto a los productos agrícolas, destacaron el trigo, la vid y el olivo, así tanto el vino y el aceite de Hispania se convirtieron en algunos de los productos más preciados de Hispania. A ello hay que sumar, otros productos como el esparto o los derivados de la apicultura como la miel y la cera.

Otras industrias importantes fueron la lanera así como la de salazones, lo que permitía conservar el pescado y otros productos durante mucho tiempo. Que se concentraron en la Bética, en Carthago y en Tarraco. Ello llevó aparejado, junto a la industria del vino y el aceite una actividad industrial auxiliar importante en la fabricación de ánforas, para poder practicar el comercio. 

De este modo, Hispania, se convirtió en uno de los territorios más preciados del Imperio, y de ahí que sufriese un profundo proceso de romanización, hasta el punto de aportar grandes emperadores romanos como es el caso de Trajano o Adriano.

Hoy se considera que la crisis del Imperio Romano comienza con una crisis económica, derivada del fin de la expansión, así, el fin de la conquista de nuevos territorios terminó acabando con la retroalimentación que se produce con el comercio de importación y exportación, así como la falta de mano de obra esclava, especialmente a partir del Edicto de Vespasiano, que concedía el derecho de ciudadanía romana a Hispania, y que posteriormente se fue extendiendo al resto de provincias romanas, acabando con la esclavitud.

A la crisis económica, habrá que sumar la crisis política derivada de las invasiones bárbaras para llegar al fin del Imperio Romano.