IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de la conocida como Estela
de Naram Sin, datada hacia el 2250 a. C. perteneciente por tanto a la escultura
del Periodo Acadio dentro del Arte Mesopotámico. Hoy se encuentra en el Museo
de Louvre y goza de un buen estado de conservación.
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Estela de Naram Sin (Museo del Louvre) |
DESCRIPCIÓN: Se trata de un bajorrelieve, tallado sobre una roca de
arenisca de unos dos metros de altura. Se trata de una talla figurativa
bastante naturalista, adoptando incluso, detalles bastante realistas. Se
representa la escena de una batalla, donde Naram Sin asciende a una montaña,
seguido de su ejército bien pertrechado con armas, elevando la mirada a su rey,
también se observan los enemigos abatidos, heridos, o desprendidos por
barrancos.
ANÁLISIS FORMAL: En primer lugar cabe hablar de una Ley de Adaptación al
Marco, ya que la escena parece representarse adaptándose a la forma afilada de
la roca de arenisca, este es uno de los muchos aspectos que diferencia ala
escultura del periodo Acadio con la escultura del periodo Sumerio. Otra de las
diferencias está en la misma composición de la escena, se abandona la narración
de escenas a través de registros o bandas horizontales, para narrar toda la
escena en un mismo espacio. Por primera vez, aparecen referencia al espacio, en
este caso, al paisaje natural como el árbol o la montaña, por lo que se da aún
de forma tosca la construcción de cierto sentido de la profundidad. También
vemos una mayor expresión, abandonando el hieratismo, al menos en la disposición
de los cuerpos, como el soldado abatido por la lanza de Naram Sin, que parece
agonizar de dolor, lo mismo podemos decir del soldado pisoteado por el mismo
Naram Sin y otra figura que parece estar pidiendo clemencia. No obstante, todas
estas evoluciones con respecto a la etapa anterior, es cierto que se conservan
muchos convencionalismos típicos del arte mesopotámico, como la isocefalia,
donde no existen rasgos que individualicen a los personajes, también el uso de
la Ley de la Frontalidad que podemos ver en la disposición frontal del torso,
mientras miembros y cabeza se disponen de perfil. Otro convención tradicional
es el uso de la perspectiva jerárquica, que muestra a Naram Sin en un tamaño
muy superior al resto de personajes.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Como todos los relieves narrativos, se trata de
contar un historia a las generaciones venideras, en este caso, se trata de la
victoria de Naram Sin contra un pueblo de los Montes Zagros llamados Lullabi.
Sin embargo, su significado va mucho más allá, por un lado, además de ir
pertrechado para la guerra, porta un casco con cuernos, atributos reservados a
las divinidades, además su ascensión por la montaña, hacia los astros celestes
que aparecen en la parte superior de la escena, parece que el artista con todo
esto quiso emparentar o elevar a Naram Sin a la dignidad de Dios tras la
victoria sobre los Lullabi
COMENTARIO: La escultura mesopotámica, comparte muchas características con
la escultura egipcia, como hemos visto a través del estudio de la Estela de
Naram Sin, existieron unas características comunes a la hora de representar, en
particular, el uso de ciertos convencionalismos como el uso de Ley de la
Frontalidad, el hieratismo o falta de expresión, la isocefalia, la disposición
en registros horizontales, entre otros. Pero mientras la escultura egipcia, no
evolucionó en los 3000 años en los que se prolongó la civilización del Nilo,
manteniéndose siempre conforme a las normas adoptadas. En Mesopotamia, debido a
la convivencia de muy diversos pueblos como sumerios, acadios, babilonios,
asirios o hititas, se dio un proceso de intercambio y asimilación cultural que
permitió la evolución del arte a formas más complejas, a la superación de
ciertos convencionalismos, que permiten una mayor libertad creativa del artista
y que nos dejarían obras tan brillantes como esta Estela de Naram Sim.
Dos Soles!
Buen artículo. Pero considero que se debe intentar explicar las diferentes teorías sobre los dos astros porque es uno de los grandes misterios. Tu comentario, al no hacerlo, queda bastante flojo en este aspecto.
En un comentario artístico prima más lo estético que lo simbólico, o sea, que bien.
excelente artículo !