Mi Lucha. Adolf Hitler.
“(El nacionalismo)”, en principio, considera el Estado sólo como un medio hacia un determinado fin y cuyo objetivo es la conservación racial del hombre. De ninguna manera cree, por tanto, en la igualdad de las razas, sino que, por el contrario, al admirar su diversidad, reconoce también la diferencia cualitativa existente entre ellas. Esta persuasión de la verdad le obliga a fomentar la preponderancia del más fuerte y a exigir la supeditación del inferior y del débil, de acuerdo con la voluntad inexorable que domina el universo.
En el fondo, rinde así homenaje al principio aristocrático de la Naturaleza y cree en la evidencia de esa ley, hasta tratándose del último de los seres racionales. La ideología racista distingue valores, no solo entre las razas, sino también entre los individuos. Es el mérito de la personalidad lo que para ella se destaca del conjunto de la masa obrando, por consiguiente, frente a la labor disociadora del marxismo, como fuerza previa para la existencia de esta. Pero le niega la razón de ser una idea ética, si es que ella, racialmente, constituye un peligro para la vida de los pueblos de una ética superior, pues, en un mundo bastardizado o mulatizado, estaría predestinada a desaparecer para siempre toda noción de lo bello y digno del hombre, así como la idea de un futuro mejor para la humanidad (…)”
Hitler, Mi lucha, 1925
Mi lucha, Adolf Hitler
Clasificación
Nos encontramos ante un fragmento de la obra Mein Kampf (Mi lucha), escrita por Adolf Hitler en 1925 durante su reclusión en la prisión de Landsberg. Esta obra se publica en dos volúmenes entre 1925 y 1926 y tiene una finalidad decididamente política. Hitler, líder del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP), aún no ostentaba poder, pero ya desempeñaba un papel relevante en la política de la República de Weimar. En esta obra, el autor expone su visión del mundo, su ideología racista y nacionalista, y el programa que guiaría su futura acción política.
El texto pertenece, entonces, a la primera mitad del siglo XX, en Alemania, en un periodo marcado por las consecuencias del Tratado de Versalles y por la inestabilidad de la República de Weimar. Por su autoría y momento de redacción, se trata de una fuente primaria, ya que recoge directamente las ideas y reflexiones del propio Hitler.
Su naturaleza es, principalmente, histórico-literaria e ideológica, al combinar elementos personales, políticos y doctrinales. Además, se considera un texto político por su contenido propositivo y su voluntad de intervención en el devenir de Alemania. El carácter es público, pues fue difundido masivamente, y su intencionalidad es abiertamente propagandística y persuasiva, con la finalidad de convencer y movilizar a la sociedad alemana hacia una transformación radical basada en la supremacía racial y la restauración nacional.
Análisis
La idea principal del texto es que el Estado debe actuar como instrumento de conservación y exaltación de la raza, justificando la supremacía del más fuerte sobre el débil como una ley natural inapelable.
A partir de esta afirmación, el autor desarrolla las siguientes ideas secundarias:
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El Estado como medio para la raza: Hitler afirma que el Estado no tiene valor autónomo, sino que sirve para proteger la pureza y superioridad racial, especialmente la de la raza aria.
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Negación de la igualdad racial: A diferencia de la concepción ilustrada de igualdad entre los seres humanos, Hitler niega cualquier noción de igualdad racial y defiende una jerarquía entre razas, sustentada —según él— en principios naturales.
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Justificación de la supremacía del fuerte: El texto sostiene que la dominación del fuerte sobre el débil es un hecho natural, que debe replicarse en la organización social y política, homenajeando lo que denomina como el “principio aristocrático de la Naturaleza”.
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Crítica al marxismo y exaltación del mérito: Contrariamente al igualitarismo del marxismo, se exalta el mérito personal dentro del marco racial, presentándolo como clave para el orden social.
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Rechazo del mestizaje y defensa de la “pureza” racial: Finalmente, el autor considera que el mestizaje conduce a la degeneración cultural y espiritual, amenazando la existencia de una ética superior y la belleza humana.
En efecto, cada una de estas ideas responde a una lógica interna que configura un pensamiento racista, antidemocrático y totalitario, que posteriormente se institucionalizará con la llegada del nazismo al poder.
Comentario
Este fragmento debe interpretarse a la luz del contexto histórico en que fue escrito. Después de la Primera Guerra Mundial, Alemania atravesó una grave crisis: el Tratado de Versalles (1919) impuso sanciones humillantes, provocando resentimiento y desmoralización social. Así mismo, la inestabilidad de la República de Weimar, la inflación, el desempleo y el temor al comunismo crearon un clima de desesperanza.
En este marco, Mein Kampf se presenta como un intento de ofrecer una explicación total del mundo, una solución a la crisis nacional y una doctrina de salvación colectiva. Hitler elabora en este texto una ideología basada en el racismo biológico, el nacionalismo radical y la supresión del individuo en favor del colectivo racial. Lógicamente, el texto no es un tratado académico, sino un discurso destinado a movilizar a las masas en torno a una visión excluyente y violenta.
El uso de referencias a una supuesta ley natural sirve para justificar la dominación y la eliminación de quienes no se ajustan al ideal racial. Específicamente, el texto establece una clara oposición entre la “raza superior” y el “peligro” del mestizaje, que asocia a la decadencia moral y cultural. De ahí que se desprecie cualquier concepto de humanidad común o ética universal.
Asimismo, Hitler vincula esta supuesta degeneración al marxismo, al que presenta como enemigo no solo ideológico, sino también racial. Eventualmente, esta construcción discursiva servirá de base para las políticas del Tercer Reich, que desembocarán en el Holocausto y en la Segunda Guerra Mundial.
En consecuencia, este fragmento no es solo una declaración teórica: es el embrión de una política de Estado que causará millones de muertes y destruirá buena parte de Europa.
Conclusión. Mi lucha de Adolf Hitler
El texto de Hitler representa una de las formulaciones más extremas y peligrosas del pensamiento totalitario del siglo XX. En apariencia lógico, su discurso se construye sobre prejuicios, falacias naturalistas y un fanatismo excluyente que reduce al ser humano a su componente racial. Claramente, no busca el análisis objetivo, sino la manipulación ideológica.
Su trascendencia histórica es innegable: Mein Kampf fue utilizado como guía doctrinal del nazismo y legitimó crímenes atroces. Aunque fue redactado en un momento en que Hitler aún no había accedido al poder, el texto contiene, de manera explícita, los fundamentos del genocidio y la guerra. Así pues, su lectura crítica es fundamental no solo para entender el pasado, sino también para prevenir el resurgimiento de discursos de odio.
A fin de cuentas, analizar este documento no implica validar sus postulados, sino comprender sus mecanismos, denunciar sus implicaciones y reforzar el compromiso con los valores de la dignidad humana, la igualdad y los derechos fundamentales. En el presente, donde aún se enfrentan amenazas ideológicas, este tipo de análisis histórico resulta más necesario que nunca.
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- Wikipedia