Los hijos de Alfonso XIII


 

Los hijos de Alfonso XIII

Visita del rey Alfonso XIII a Zumaia (11 de 14) – Fondo Car-Kutxa Fototeka

La historia de la monarquía española está marcada por una alternancia entre esplendor y tragedia. Entre sus episodios menos conocidos, pero profundamente significativos desde una perspectiva humana e histórica, se encuentra la vida de los hijos legítimos del rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia de Battenberg. Lejos del ideal romántico de la realeza, estos príncipes fueron víctimas de enfermedades genéticas, tensiones familiares, desarraigo político y frustraciones vitales. Este ensayo examina la compleja trayectoria vital de los hijos varones del último rey de España antes de la Segunda República. Destacando cómo la combinación de fatalidades biológicas y circunstancias históricas acabaron por configurar unas existencias marcadas por el dolor, el fracaso y la renuncia.

La sombra de la hemofilia. Los hijos de Alfonso XIII

El matrimonio entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia fue, desde el inicio, objeto de tensiones dinásticas, personales y biológicas. La reina, nieta de la reina Victoria del Reino Unido, era portadora de hemofilia, una enfermedad hereditaria ligada al cromosoma X, que afectó de forma trágica a sus descendientes varones. Alfonso de Borbón y Battenberg, primogénito y Príncipe de Asturias, fue diagnosticado pocos días después de su nacimiento, tras una hemorragia incontrolable provocada por la práctica de la circuncisión.

La reacción del rey fue de profundo rechazo, tanto hacia la enfermedad como hacia la reina, lo cual deterioró la relación conyugal. En los testimonios recogidos en la obra En los ojos del rey, se describe una escena conmovedora de desesperación materna y de fría distancia paternal. Alfonso XIII, incapaz de aceptar la vulnerabilidad de su heredero, se mostró emocionalmente ausente y cada vez más distanciado de su familia.

La hemofilia condicionó toda la vida del joven príncipe Alfonso, quien, además de su precaria salud, fue obligado a renunciar a sus derechos sucesorios tras una boda morganática. Murió en 1938 en Miami, víctima de una hemorragia, tras un accidente automovilístico, lejos de su patria y en la más absoluta soledad. Su padre, que seguía vivo en el exilio, no acudió al entierro.

El drama de Jaime: del consuelo a la marginación

El segundo hijo varón, Jaime de Borbón y Battenberg, nació sano, lo cual fue inicialmente motivo de alivio para la familia real. Sin embargo, una infección infantil mal tratada degeneró en una doble mastoiditis que obligó a una intervención quirúrgica de emergencia. El resultado fue devastador: quedó sordomudo, lo que en una época de escasos recursos educativos para personas con discapacidad lo condenó a la marginación dentro de su propio entorno familiar.

La figura de Jaime resulta paradigmática del desarraigo que puede experimentar un miembro de la realeza cuando no encaja en el molde de la utilidad dinástica. A pesar de que en 1933 fue proclamado heredero tras la renuncia de Alfonso. Sin embargo, fue presionado poco después para ceder sus derechos al siguiente hermano, Juan, en una maniobra en la que participaron su padre y los sectores monárquicos más influyentes. La historia de Jaime fue una sucesión de exclusiones, culminando en un exilio interior, marcado por el sentimiento de desdicha y desplazamiento.

Juan: el heredero sin corona

Juan de Borbón y Battenberg, tercer hijo varón que alcanzó la edad adulta, fue el único de los hermanos que no padeció una enfermedad invalidante. Su destino estuvo vinculado al del exilio borbónico y al complicado papel de ser heredero de una corona inexistente. Juan fue formado para el mar y para la vida militar, alejado inicialmente del rol político que más tarde le fue atribuido tras las renuncias de sus hermanos. Aunque aceptó la misión impuesta por su padre —la restauración monárquica—, nunca se sintió realmente preparado ni convencido.

Su relación con Alfonso XIII fue ambivalente, marcada por el conflicto de liderazgo. A pesar de que en 1941 recibió la abdicación simbólica de su padre, Juan jamás llegó a reinar. Finalmente, fue su hijo, Juan Carlos I, quien, tras el franquismo, restauró la monarquía en España, desplazando definitivamente a su padre del proyecto dinástico. Así, Juan pasó a la historia como el rey que no fue, víctima de una estrategia política que lo relegó a una figura secundaria en el proceso de transición.

Gonzalo: la tragedia prematura

El menor de los varones, Gonzalo de Borbón, también padecía hemofilia. Su historia terminó de forma prematura, a los diecinueve años, tras sufrir un accidente automovilístico. Su hermana Beatriz también iba a bordo. Aunque el suceso fue presentado oficialmente como un accidente, la falta de información precisa y la rapidez del desenlace alimentaron un aura de misterio. Como su hermano Alfonso, murió a causa de la hemofilia, tras una hemorragia interna imparable.

Una familia real atravesada por la fatalidad

Más allá de sus privilegios, los hijos de Alfonso XIII encarnan un paradigma de desdicha dinástica, donde el peso de la herencia genética, el exilio, la presión institucional y las relaciones familiares tensas convirtieron la vida regia en una experiencia profundamente trágica. Salvo Juan, ninguno vivió lo suficiente como para tener un papel activo en la historia de España. Los que lo hicieron, como Jaime, fueron apartados o instrumentalizados.

La figura de Alfonso XIII emerge en estos relatos como una constante de contradicción: el monarca defensor del linaje que, sin embargo, delega, excluye o abandona emocionalmente a sus propios hijos. La historia de estos príncipes es, por tanto, no solo la crónica de una familia marcada por la enfermedad, sino también una radiografía de una institución en decadencia, que se ve incapaz de sostener los valores que dice representar.

Conclusión. Los hijos de Alfonso XIII

La vida de los hijos de Alfonso XIII constituye una tragedia de sangre azul, donde el esplendor de la corona se ve opacado por la enfermedad, el desarraigo y el fracaso. Lejos de los cuentos de hadas, estos príncipes padecieron una sucesión de desgracias que ponen en entredicho el mito de la realeza como sinónimo de plenitud y felicidad. Su historia, cruzada por lo biológico, lo político y lo emocional, refleja el declive de una monarquía que, incluso en sus miembros más jóvenes, arrastró los fantasmas de su decadencia.

Bibliografía. Los hijos de Alfonso XIII

  • Cabanellas, G. (1975). La historia de España contada por los reyes. Barcelona: Planeta.

  • García Delgado, J. L. (Dir.). (1997). Alfonso XIII y la crisis de la Restauración. Madrid: Alianza Editorial.

  • Preston, P. (2003). Juan Carlos: El Rey de un pueblo. Barcelona: Plaza & Janés.

  • Tusell, J. (2000). Juan Carlos I: La restauración de la monarquía. Madrid: Temas de Hoy.

  • Viñas, A. (1990). La caída de la monarquía y el inicio de la Segunda República. Madrid: Siglo XXI.

  • Zavala, J. (2013). Bastardos y Borbones: Los hijos ilegítimos de la dinastía. Madrid: La Esfera de los Libros.

  • On, S. (2021, enero 22). Los desgraciados hijos de Alfonso XIII. Recuperado de https://www.historiasdepapel.es

  • Wikipedia

Aula de Historia · Preparador oposiciones Geografía Historia
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.