Termas de Diocleciano


Clasificación

Las Termas de Diocleciano fueron construidas en Roma (Italia) a finales del siglo III, entre los años 298 y 306 d.C., durante el mandato de los emperadores Diocleciano y Maximiano, aunque fue principalmente el primero quien da nombre al complejo. Se inscriben dentro del estilo romano imperial tardío, con una marcada monumentalidad, un dominio técnico avanzado y una lógica espacial orientada al confort colectivo. Evidentemente, estas termas son el mayor complejo termal jamás construido por los romanos y se localizaban en la zona noreste de la ciudad, cerca del Esquilino. A pesar de los daños sufridos tras la caída del Imperio, sus restos fueron reutilizados en época del Renacimiento y aún pueden visitarse parcialmente integrados en la Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires, lo que evidencia su duradera impronta urbana.


plantas termas de diocleciano


Análisis

Si atendemos a la planta del conjunto arquitectónico, observamos en primer lugar un recinto amurallado con forma rectangular. La entrada al recinto daría acceso a un espacio ajardinado que rodea a los edificios de las termas propiamente dichos. En el lado opuesto encontramos una gran exedra semicircular (5) formada por el muro y que tendría la función de auditorio para representaciones teatrales o musicales.

El edificio de las termas está formado por varias estancias divididas por muros entre las que podemos destacar la piscina (1) o natatio, el frigidarium (2), que estaría formado por baños de agua fría, a continuación pasaríamos al tepidarium (2) o baños de aguas templadas, pasando finalmente al caldarium (3) o baños de aguas calientes. Tanto el tepidarium como el caldarium estaban construidos sobre calderas que ayudaban a regular la temperatura de las aguas. Por último destacan dos estancias, las palestras (4) o gimnasios. Además de estas estancias era habitual que las termas tuviesen otras estancias como bibliotecas, pinacotecas, vestuarios (apodyterium) o salas de conferencias (6).

Las Termas de Diocleciano destacan por el uso racional de la luz, que se aprovechaba a través de ventanales termales ubicados estratégicamente, especialmente en el frigidarium y el caldarium. Estas aberturas, semicirculares o rectangulares, generaban ambientes amplios y luminosos, aún en espacios cerrados. Así mismo, la orientación del edificio maximizaba la iluminación natural y favorecía el calentamiento de ciertas estancias. En cuanto al color, los interiores combinaban el blanco del mármol con el brillo de los mosaicos policromados y el estuco pintado, lo que creaba una atmósfera refinada y majestuosa.

Respecto al volumen, el complejo presenta una clara jerarquía espacial: el tamaño y la altura de las estancias varía según su función, y ello permite una circulación fluida. De este modo, el visitante pasaba progresivamente del exterior al interior, de lo frío a lo caliente, en una secuencia perfectamente organizada. El ritmo arquitectónico se establece mediante la repetición de bóvedas, arcos y columnas, sobre todo en las naves del frigidarium, que recordaban la estructura basilical.

Las proporciones son imponentes, y su escala monumental busca impresionar y dignificar el baño como acto público. Por consiguiente, la arquitectura de estas termas no es sólo técnica, sino también simbólica: representa la grandeza de Roma y la generosidad del emperador hacia sus ciudadanos. Contrariamente a las termas privadas, aquí el espacio se construye para la colectividad y el prestigio imperial.

 

alzado termas de diocleciano
Alzado de las Termas de Diocleciano en la actualidad.

Comentario

Las termas imperiales se desarrollaron especialmente entre el siglo I y el IV d.C., siendo una evolución de termas más modestas anteriores. Con el objetivo de satisfacer las necesidades de higiene, recreación y socialización, se transformaron en auténticos complejos polivalentes. A partir de Agripa (siglo I a.C.) y hasta la época de Constantino, las termas se convirtieron en obras arquitectónicas esenciales del urbanismo romano.

Las Termas de Diocleciano nacen en un contexto histórico dominado por la Tetrarquía y la centralización del poder imperial. Diocleciano impulsó numerosas reformas políticas y económicas, y también emprendió grandes obras públicas como estrategia de legitimación. De hecho, el complejo termal simboliza la estabilidad restaurada tras el siglo de las crisis. Su construcción, pensada para acoger hasta 3000 usuarios diarios, constituye un claro mensaje de poder y unidad imperial.

En cuanto a su función, estas termas iban mucho más allá del baño. Servían como centros de reunión, ejercicio, lectura y relaciones sociales. Por lo tanto, formaban parte de la vida cotidiana y del ideal romano de civitas. Su arquitectura integra elementos utilitarios con recursos estéticos, lo que las convierte en una síntesis entre ingeniería y arte.

Entre los rasgos distintivos de estas termas se encuentran:

  • El uso modular y simétrico del espacio.

  • La combinación de funcionalidad técnica con una dimensión simbólica imperial.

  • El empleo del opus caementicium junto con materiales decorativos de lujo.

  • La fusión de arquitectura, ingeniería e hidráulica en un solo conjunto.

Otros ejemplos de termas similares son las de Caracalla y Tito, aunque las de Diocleciano superan en tamaño y complejidad a todas las anteriores. Por cierto, no se conoce el nombre de su arquitecto, aunque es probable que se tratara de una oficina técnica imperial bajo supervisión directa del emperador.


Conclusión. Termas de Diocleciano comentario

Las Termas de Diocleciano representan el culmen del desarrollo termal romano, tanto por su escala como por su complejidad funcional. Su construcción simboliza una arquitectura al servicio del pueblo, pero también un dispositivo de propaganda en favor del emperador. En virtud de su diseño, materialidad y ordenamiento espacial, se convirtieron en un modelo de equilibrio entre utilidad y monumentalidad.

Al mismo tiempo, estas termas constituyen una fuente de inspiración para la arquitectura posterior, tanto en el Renacimiento como en la arquitectura neoclásica. Miguel Ángel, por ejemplo, reutilizó parte del frigidarium para proyectar la Basílica de Santa María de los Ángeles, preservando las proporciones y las cubiertas originales. Es más, muchos palacios y edificios públicos del siglo XIX reinterpretaron este lenguaje arquitectónico, por su claridad compositiva y monumentalidad simbólica.

En fin, las Termas de Diocleciano no solo fueron una de las mayores obras de infraestructura de Roma, sino también un testimonio de la capacidad del Imperio para integrar arte, tecnología y poder en una sola expresión arquitectónica.


Bibliografía. Termas de Diocleciano comentario

  • Gros, P. (2001). Arquitectura y sociedad en la Roma antigua. Madrid: Akal.

  • Claridge, A. (2010). Roma. Guía arqueológica. Madrid: Cátedra.

  • Lancaster, L. C. (2005). Concrete Vaulted Construction in Imperial Rome. Cambridge University Press.

  • Ward-Perkins, J. B. (1981). Roman Imperial Architecture. New Haven: Yale University Press.

  • Zanker, P. (1990). Augusto y el poder de las imágenes. Madrid: Alianza Editorial.

  • Wikipedia
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