IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen del conocido como
“Príncipe de los Lirios”, datado hacia el 1400 a. C. de autor desconocido,
pertenece al Arte Minoico dentro del Periodo Palacial o Tardío. Hoy se
encuentra en el Museo de Heraklion en la isla de Creta con un buen estado de
conversación.
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Príncipe de los Lirios (1400 a. C.) Museo de Heraklion |
DESCRIPCIÓN: En la imagen observamos una figura humana representada
en un estilo naturalista, se trata seguramente de un miembro de la alta
sociedad, ataviado con un faldellín, una corona con plumas y rodeado de un
paisaje de lirios, la figura se presenta con una pierna adelantada en una clara
actitud de andar. La técnica utilizada es el fresco, su ubicación original era
uno de los salones del Palacio de Cnossos.
ANÁLISIS: Como observamos en esta pintura, y podemos atribuir a la
pintura minoica en general es el uso generalizado de la línea, aunque no
podemos decir que exista un predominio de la línea sobre el color, queda
bastante patente que el dibujo toma un papel importante en la composición, y la
línea recorta perfectamente las figuras humanas o vegetales del fondo. Los
colores aplicados son planos, sin que exista gradación alguna, por tanto no
existe un trabajo para representar el volumen, la paleta de colores empleada es
muy reducida, con ocres, azules, blancos, naranjas y amarillos muy brillantes.
En cuanto a la representación se observa cierta abstracción y uso de
convencionalismos, como por ejemplo el uso de la Ley de la Frontalidad que
observamos en la disposición del príncipe con el torso y el ojo se representan
en posición frontal mientras los miembros y la cabeza se representan de perfil.
Otro convencionalismo utilizado lo encontramos en el uso de la geometría para
la representación del faldellín, de los lirios y el insecto que parece
revolotear sobre ellos, donde abundan las espirales y los círculos. También
destaca su hieratismo o falta de expresión. La línea curva está prácticamente
presente en toda la composición, como vemos también en el cabello donde los
mechones se disponen de tres en tres geométricamente y con líneas onduladas, en
la curvatura del penacho de plumas y en los mismos lirios. En cuanto al espacio
observamos la ausencia de representación, se dispone un fondo plano, que no
transmite ninguna sensación de profundidad, sin que aparezcan perspectivas o
líneas de fuga, sin embargo, la aparición de los lirios nos lleva a pensar en
un paisaje natural más que arquitectónico. Asimismo la composición está
centrada en el personaje, y transmite cierto equilibrio y armonía en la
representación, sin la tensión que pudieran proporcionar líneas diagonales o
composiciones asimétricas.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: El Arte Minoico del periodo palacial es un
arte cortesano y alejado de significados y simbologías religiosas. Parece una
arte concebido en su más estricto sentido decorativo, únicamente para deleite
de los sentidos. Es posible que el joven representado sea un personaje de la
alta nobleza o un sacerdote. Lo que parece claro es que parece expresar el
ideal de belleza masculina de la Antigua Creta.
COMENTARIO: La cultura Minoica, bautizada así pro Sir Arthur Evans,
arqueólogo descubridor del Palacio de Cnossos, en honor al rey Minos, fue una
cultura que se desarrolló en Creta entre el 3000 a. C. y el 1200 a. C. parece
que tuvo uno de sus momentos más esplendorosos entre el 1500 a. C. y el 1200 a.
C. donde debido a una rica actividad comercial y a la creación de una sociedad
talasocrática, con numerosas colonias o factorías en el Mediterráneo, la isla de Creta tuvo un gran desarrollo
cultural. En este contexto encontramos la fabulosa construcción del Palacio de
Cnossos y el desarrollo de la Pintura Minoica, que podemos encontrar en su
mayoría en frescos pertenecientes al Palacio de Cnossos. La Pintura Minoica
participa de muchas de las características de la pintura Egipcia, sin duda,
ésta debió ejercer una gran influencia en todo el Mediterráneo, en esta obra
observamos sus influencias en el uso de convencionalismos como el empleo de
cierta abstracción geométrica en la representación, el uso de la Ley de la
Frontalidad o la ausencia de espacio. Pero sin duda, la pintura Minoica expresa
una belleza, una gracilidad, elegancia y gracia muy distinta a la pintura
egipcia. Desde luego, su carácter decorativo y su desvinculación de temas relacionados
con la vida de ultratumba, vienen a presentarnos un arte y una sociedad en
armonía con su entorno, en equilibrio con la naturaleza, y con ganas de vivir y
disfrutar la vida presente, en lugar de pensar en una vida en el más allá. Esta
concepción distinta de la vida, se traduce como vemos en este Príncipe de los
Lirios, en el arte, alejándose de las rígidas y solemnes concepciones egipcias
para llevarnos a un arte más grácil, amable y dinámico.
Podemos encontrar de este periodo
tan sobresalientes como “El pescador de Akrotiri”, “Púgiles de Akrotiri”, “El
salto del Toro” o “El príncipe de los Lírios” que influirán notablemente en el
desarrollo del posterior Arte Griego, sobre todo en su periodo arcaico como
podemos observar en las pinturas de las cerámicas conservadas.