El patricio Barberini es una de las mejores muestras de escultura romana en época republicana, en ella se observan claras influencias griegas como la utilización de los paños mojados, así como también influencias etruscas en el tratamiento psicológico del retrato.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de una escultura conocida como retrato de Brutus Barberini, Patricio Barberini o también el togado Barberini. Está datada hacia el siglo I a. C. y pertenece al Arte Romano en su época Republicana, su autor es desconocido y hoy se encuentra expuesto en el Palacio de los Conservadores de Roma.
DESCRIPCIÓN: En la imagen encontramos una escultura figurativa de carácter realista, de bulto redondo y de tamaño natural (1,65 m) que representa a un patricio romano, togado, en pie y sosteniendo en sus manos dos máscaras funerarias de cera o imagines maiorum. Está tallada en mármol blanco, lo que nos da una idea de la importancia social del retratado.
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Togado Barberini (s. I a. C.) |
ANÁLISIS FORMAL: El patricio Barberini muestra una composición piramidal y cerrada, asemejándose a un bloque, los brazos apenas se separan del cuerpo lo que confiere a la escultura cierta pesadez y ausencia de movimiento. Por otro lado, su disposición, hace que a pesar de ser de bulto redondo este concebida para el dominio de la vista frontal, sin aportar muchos puntos de vista. Se observa cierta simetría en el grupo, únicamente rota por la diferente altura en la que se disponen las dos máscaras funerarias.
En cuanto a su factura, la escultura recoge muchas de las influencias griegas, predominantes en el época tardo republicana, de ahí, el empleo del contrapposto, un canon de ocho cabezas y la técnica de paños mojados y el empleo del mármol. También recoge influencias etruscas como el cultivo del retrato realista, que más allá de representar fielmente el rostro del personaje, trata de profundizar en su psicología, como podemos apreciar en su mirada profunda y sus quijadas marcadas que añaden sobriedad y solemnidad al rostro, lo que los romanos llamaron gravitas y que se contrapone a la gracia o belleza idealizada griega. Consigue adecuadamente tres retratos perfectamente individualizados que transmiten rasgos psicológicos distintos.
El autor propone distintas texturas, algunas lisas y pulidas como se observa en los rostros y otras tamizadas como las empleadas en la toga. La toga cae suavemente ciñiéndose en algunas partes al cuerpo de Barberini, creando unos pliegues ondulados muy naturales que ayudan a crear juegos de claroscuros al tiempo que dotan de cierto dinamismo a la imagen. El autor también recurre a elementos externos como el tronco de una palmera, que sirve de estribo, para apoyar el peso del brazo que sostiene una de las máscaras.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Seguramente la función de esta escultura sea la de la exaltación de la condición social del patricio Barberini. El empleo de la toga, delata a las claras la pertenencia a un grupo social privilegiado, la aparición de las máscaras funerarias o imagines maiorum son una clara alusión a la gens o linaje del personaje que exaltarían una vez más la pertenencia a la oligarquía romana, ya que el ius imaginum o derecho de las imágenes, que permitía tener imágenes de difuntos estaba reservado a la clase patricia. Además tendría una función funeraria al representar a dos generaciones de difuntos.
COMENTARIO: La escultura romana estuvo influida desde el comienzo por dos de las culturas más importantes de su entorno. La escultura griega, influyente en todo el Mediterráneo y en la península Itálica a través de la Magna Grecia. Por otro lado, lado la escultura etrusca, que influyó en el centro de Italia. Si la escultura romana evolucionó a través de los modelos griegos, tanto en su factura, equilibrio, naturalismo y calidad técnica, adquirió su carácter, grave, sereno, serio y realista de la escultura etrusca. El retrato de Brutus Barberini es una de las muestras de este eclecticismo artístico que daría lugar a un lenguaje escultórico con identidad propia y tendrá su mayor expresión en obras como el Augusto Prima Porta, o los relieves del Ara Pacis.