Comentario de la Venus de Lespugue
Clasificación
La Venus de Lespugue es una escultura prehistórica atribuida al periodo Gravetiense del Paleolítico Superior, aproximadamente entre 26.000 y 24.000 a.C.. Fue hallada en 1922 por René de Saint-Périer en la cueva de Rideaux (Lespugue, Francia). Aún con daños durante su extracción, se conserva en el Museo del Hombre de París. El material empleado es marfil de mamut, trabajado con herramientas líticas. Se inscribe en el arte mobiliar propio del mundo paleolítico, con rasgos comunes a las llamadas “Venus” paleolíticas, obras simbólicas de fuerte contenido cultural.
Descripción
La figura presenta una representación figurativa, aunque no naturalista, de carácter profundamente simbólico. Es una escultura de bulto redondo, completamente exenta, que permite su contemplación desde cualquier ángulo. El material utilizado, marfil de mamut, es duro y valioso, además resistente a la degradación. La técnica es de talla, probablemente realizada mediante abrasión y raspado con sílex.
Evidentemente, su género es simbólico, con una clara relación con la fertilidad y la maternidad. El tema principal gira en torno a la exaltación de los atributos sexuales femeninos: senos prominentes, vientre abultado, caderas y nalgas ensanchadas. Aunque el rostro no está definido, se aprecian líneas paralelas sobre la cabeza que podrían representar una melena. Como resultado, la figura responde a cánones estilísticos que buscan una dimensión mágica o ritual. A pesar de su pequeño tamaño (14,7 cm), comunica un poderoso mensaje simbólico. Se le atribuye un posible uso como amuleto, objeto votivo o representación de una divinidad femenina, siguiendo el patrón de otras venus como las de Willendorf, Brassempouy o Dolní Věstonice.
Análisis
La volumen de la escultura es compacto y rotundo. Sus formas están exageradamente ampliadas, lo cual genera una presencia corpórea dominante. El movimiento, por el contrario, es casi inexistente, dando la sensación de estabilidad, reposo y permanencia. La composición es simétrica y vertical, centrada en el eje medio del cuerpo. La proporcionalidad ha sido intencionadamente distorsionada, con el fin de enfatizar los elementos sexuales. No hay interés en representar fielmente la anatomía humana, sino en transmitir un mensaje concreto.
Las texturas varían entre superficies pulidas, como el torso, y otras más ásperas, como las incisiones en la cabeza. A pesar de su simplicidad, esas texturas otorgan riqueza visual al conjunto. En cuanto al color, la pieza conserva la tonalidad marfileña original, con posibles alteraciones producto del paso del tiempo. La expresividad, aunque limitada en el rostro, reside en la intensificación de los signos de fertilidad, lo que sugiere una intención simbólica y emocional por parte de su creador.
Comentario
El estilo Gravetiense, que se desarrolló entre 28.000 y 22.000 a.C., se sitúa geográficamente en Europa Central y Occidental, extendiéndose luego hacia el Este europeo. Este periodo se caracteriza por la producción de herramientas finas y la aparición de expresiones artísticas simbólicas, tanto en forma de arte rupestre como mobiliar.
Ciertamente, este arte se dio en el seno de sociedades cazadoras-recolectoras, organizadas en grupos nómadas con una profunda conexión con la naturaleza. La aparición de estas estatuillas responde a un entorno en el que la supervivencia y la reproducción eran vitales. Así, la representación del cuerpo femenino adquiere un valor espiritual, de protección y continuidad.
La función de la Venus de Lespugue ha sido interpretada como simbólica y religiosa. Además, su presencia en espacios rituales o enterramientos sugiere un uso propiciatorio. Es decir, se trataría de una forma de asegurar la fertilidad del grupo o del entorno natural. Eventualmente, estas obras también pudieron tener una función didáctica, transmitiendo saberes femeninos y conocimientos sobre la maternidad.
Entre los rasgos principales del estilo gravetiense se encuentran:
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La tendencia a la abstracción formal y la exageración de formas.
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El uso de materiales duraderos como hueso, marfil y piedra.
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La creación de esculturas portátiles con función simbólica.
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La representación exclusiva del cuerpo femenino como símbolo de fertilidad.
Dado que se trata de un arte anónimo, no se conocen escultores individuales. Sin embargo, su calidad técnica indica una tradición bien desarrollada. Comparado con el arte del Neolítico o de civilizaciones posteriores como Egipto o Grecia, este estilo se basa en una intención mágica más que en la belleza estética.
Entre las obras escultóricas más representativas del estilo gravetiense se destacan:
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Venus de Willendorf (Austria).
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Venus de Brassempouy (Francia).
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Venus de Dolní Věstonice (Moravia).
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Venus de Laussel (Francia).
Estas piezas forman parte de un lenguaje visual compartido por distintos pueblos prehistóricos. Aunque sus formas varían, todas comparten una misma intención: representar el poder fecundador de la mujer.
Conclusión. Comentario de la Venus de Lespugue
La Venus de Lespugue destaca como una de las obras más complejas y significativas del arte paleolítico. Su mayor aporte es la representación abstracta, simbólica y poderosa del cuerpo femenino. Además, demuestra que las sociedades prehistóricas ya eran capaces de elaborar objetos con una fuerte carga espiritual y social.
Posteriormente, su influencia puede rastrearse en el arte del siglo XX, especialmente en el primitivismo y en movimientos como el cubismo. Artistas como Picasso se inspiraron en estas formas elementales para romper con el canon clásico. Finalmente, su estudio ha abierto nuevas perspectivas en la historia del arte y la antropología, resaltando el papel de la mujer en las primeras culturas humanas.
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