IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante unas imágenes de los muros de la Tumba de Nebamun. Están datadas hacia el 1350 a. C. durante el Imperio Nuevo y fueron encontradas en la tumba de Nebamun, que seguramente fuese un escriba y contable que trabajara para el Templo de Karnak. Pertenecen al estilo de pintura del Antiguo Egipto.
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Caza entre los Papiros (Tumba de Nebamun) Museo Británico |
DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una pintura mural, con la técnica mixta, preparación del muro como un fresco y un acabado con pigmentos realizados al temple, lo que da lugar a una pintura de colores luminosos y brillante. Se trata de una representación figurativa y en un estilo naturalista idealizado. En la primera imagen observamos a un cazador, sobre una barca, supuestamente bogando por el nilo y cazando la abundante fauna que se encuentra entre los papiros que bordean, aparecen dos figuras femeninas que acompañan al cazador, seguramente se trate de familiares o puede que formaran parte de su servicio personal.
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Banquete con músicos y bailarinas (Tumba de Nebamun) Museo Británico |
En la siguiente imagen se muestra la escena de un banquete en la que aparecen cuatro músicos, atraviados con ropajes y sus instrumentos musicales y dos bailarinas que parecen danzar al ritmo de la música.
ANÁLISIS FORMAL: Vemos en las dos imágenes una serie de características comunes. En cuanto a las formas vemos que hay un predominio del dibujo sobre el color, en este sentido las imágenes se construyen básicamente a través de líneas que enmarcan los diferentes cuerpos de personas, animales y objetos. En cualquier caso, vemos una abundancia de color, sobre todo en la escena de El cazador entre Papiros, con gran contraste entre tonos fríos y cálidos, sin embargo, no existe gradación del color, no aparecen sombras, son colores planos, muy luminosos y con mucha armonía pero no logran crear la ilusión de volumen en los cuerpos representados.
Tampoco se da una representación del espacio, si exceptuamos la referencia al Nilo en la escena de El cazador entre Papiros, los fondos son planos sin hacer ninguna referencia al paisaje natural o arquitectónico, también se observa la carencia en el uso de la perpectiva, así como distintos puntos de fuga. No obstante si se observa una perspectiva jerárquica, que presenta al cazador, supuestamente el mismo Nebamun, en un tamaño mucho más grande que las dos figuras femeninas, que trata sin duda de resaltar o hacer protagonista de la escena al mismo Nebamun. En la segunda escena, las bailarinas se muestran más pequeñas que los músicos dando la impresión de que se encuentren en un plano mucho más alejado. Tampoco se utiliza ningún tipo de perspectiva aérea, con colores difuminados o más blanquecinos que creen la ilusión de profundidad. Los planos del fondo están como vemos llenos de inscripciones jeroglíficas que hacen referencia a la vida del mismo Nebamun.
En cuanto a su estructura interna predomina una composición marcada por cierto uso de la simetría y centralidad. Las figuras se representan con cierto movimiento, que resulta de la utilización de ciertos convencionalismos, como las una pierna adelantada, o la posición de los brazos extendidos a cada lado del cuerpo, se aplica la Ley de la Frontalidad, que se observa por la disposición del torso de frente, mientras que la cabeza y las extremidades se muestran de perfil, aunque en la escena del Banquete, se ve un avance más ya que las bailarinas, se muestran totalmente de perfil, con formas sinuosas, en disposición diagonal y en posturas de equilibrio con pies alzados, que acentúan más la sensación del dinamismo y del ritmo de la danza que sin duda es lo que más atrae la atención de este paño del muro. Otro convencionalismo que se repitió en toda la pintura egipcia fue la falta de expresión o hieratismo, que convertían a estas imágenes en algo atemporal e inmutable.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Estas pinturas se encontraron en la Tumba de Nebamun por lo que debemos suponer que su función está ligada al rito funerario y por tanto religioso. En la mayoría de las tumbas con pinturas al fresco, estos representan aspectos cotidianos de la vida del difunto con la intención de que se perpetuaran en la vida del más allá.
COMENTARIO: En una sociedad profundamente teocrática como la Egipcia, los ritos funerarios y el culto a la vida en el más allá eran una de las cuestiones más importantes de la vida cotidiana. No es extraño por tanto que el Arte Egipcio refleje bien a través de edificios arquitectónicos como las grandes pirámides o los hipogeos, a través de la escultura que forma parte del rito al representar el Ka’ o doble del difunto o a través de pinturas, como estos frescos que tratan de reproducir la vida del difunto en el más allá, este interés o inquietud constante de esta sociedad con la muerte y la creencia en la vida del más allá. Este tipo de pintura, llena de convencionalismos como el uso de la ley de la frontalidad, la simetría, el gusto por figuras geométricas puras o el hieratismo, no tratan sino de transmitir esa idea de atemporalidad o eternidad, se trata de figuras inmutables que tratan de representar la esencia privada de cualquier rasgo particular. Este tipo de convencionalismos se mantuvieron más o menos inalterables a lo largo de los 3000 años en los que se prolongaría la civilización del Antiguo Egipto. Hoy en día, los frescos de la Tumba de Nebamun, en su mayoría en el Museo Británico, forman parte de uno de los testimonios más bellos y refinados de la pintura egipcia.
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