IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen del Patesi (Ensi) Gudea,
pertenece a la III Dinastía de Ur y II de Lagash, pertenece al estilo que se ha
dado en llamar Renacimiento Neosumerio y que tiene lugar entre 2200-1950 a. C.
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Patesi Gudea de Lagash (Museo del Louvre) |
DESCRIPCIÓN: Se trata de una escultura de bulto redondo, realizada en
diorita, de carácter figurativa y bastante naturalista que representa al Patesi
Gudea en actitud sedente. Además, la talla está llena de inscripciones en
escritura cuneiforme.
ANÁLISIS FORMAL: El Periodo Neosumerio, supone de alguna forma, renunciar a
todos los avances que habían permitido una mayor creatividad del artista,
durante el Periodo Acadio para volver a la aceptación de muchas de las
convenciones anteriores que se dieron en el Periodo Sumerio. En primer lugar,
podemos apreciar su concepción de escultura-bloque, es completamentamente visible el bloque de diorita de donde fue extraída a
partir de la talla la escultura, dominan una gran simetría en la composición, el
hieratismo o falta de expresión, la composición además está realizada para ser
contemplada desde un único punto de vista frontal.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: La escultura del Patesi Gudea parece tener una doble
función, una conmemorativa, ya que pretende recordar a Gudea en su papel de
arquitecto y gobernador de la ciudad. Pero también se cree que sea representado
como esposo de la divinidad, en concreto Innana, lo que lo vincularía y
enaltecería como divinidad. Puede también que estas figuras representaran exvotos,
aunque también se ha pensado, que su largo número, un total de 26, responda
también a una actitud ególatra del propio Patesi Gudea.
COMENTARIO: Con la caída del pueblo acadio se inicia un nuevo periodo, el
conocido como Neosumerio que se caracterizará por la instauración de monarquías
religiosas organizadas por un Ensi o por un Patesi, las Ciudades-Estado
desarrollarán una gran actividad burocrática y constructiva, la religión será
uno de los pilares fundamentales. En este nuevo contexto político, en
Mesopotamia, se abandona la representación de los reyes como grandes guerreros,
como hemos visto en la Estela de los Buitres o la Estela de Naram Sin, y se
recupera la tradición iconográfica de los conocidos como “orantes
mesopotámicos” que se adapta a la representación del Patesi, que a partir de
ahora pasará a representarse como persona piadosa, sabia y profundamente
religiosa, emparentada con la divinidad y proveedor de bienes para la
comunidad.
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