«Con motivo de la gloriosa Cruzada en que España tuvo que superar la crisis más grave de su historia, se puso de relieve la capital importancia que para la vida de la Nación tiene el contar en territorio patrio con las industrias necesarias para la guerra y las primeras materias primas indispensables para la vida. La situación de nuestra economía exige, por otra parte, esfuerzos considerables para redimir a España de la importación de productos exóticos, capaces de producirse o manufacturarse en el área de nuestra nación […]
En su virtud, dispongo:
Art. 1º. Cuando las necesidades de la defensa o de la economía nacionales aconsejen el establecimiento en España de una industria y se haga preciso estimular la iniciativa particular para su implantación, podrá ser declarada, previos los informes técnicos y económicos correspondientes, de interés nacional».
Ley de protección y fomento de la industria nacional (B.O.E., 24 de octubre de 1939)
CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante un fragmento de una fuente primaria que tiene un claro carácter legislativo, en tanto, que es una ley redactada en 1939 por el gobierno del general Franco, quien había logrado la victoria en la Guerra Civil Española el 1 de Abril de 1939. Esta ley formaría, por tanto, parte de las primeras leyes que pretendieron consolidar el nuevo sistema político, económico y social conocido como Franquismo o Nacional-Catolicismo.
ANÁLISIS: La idea principal que transmite el texto, es la necesidad de impulsar una industria propia, sobre todo cuando se trate de sectores estratégicos como la industria bélica. La decisión está en estrecha relación con la situación de bloqueo que vivieron ambos bandos durante la Guerra Civil, cuando el Comite de No Intervención, liderado por Inglaterra y Francia, entre otros, decidió no vender o suministrar armas a los bandos beligerantes en España, aunque hubieron excepciones como las de Alemania, Italia, Portugal y Rusia. La idea secundaria, sería la de establecer una política de sustitución de importaciones, como medio para poder lograr una balanza comercial positiva, y una política fuertemente proteccionista que llevará a la autarquía. Otra de las ideas secundarias que se desprenden del texto, es la justificación de la sublevación militar, al hacer referencia a ella como «cruzada» parece querer legitimar al gobierno franquista en el poder como defensor, de la patria y de la fe católica, contra las fuerzas separatistas y de izquierdas.
COMENTARIO: El texto lo podemos enmarcar dentro de las políticas económicas habituales de los regímenes fascistas como el de Mussolini en Italia o Hitler en Alemania. En España, se debe al papel preponderante que tendrá la Falange Española, en los primero años del franquismo, también conocido como «años azules». El modelo fascista de economía autárquica pretendía la autosuficiencia del estado, para ello era necesario:
- Limitar la inversión extranjera, de tal manera que se pudiera ejercer un control directo en la industria.
- Intervencionismo del Estado en la economía. Así, el gobierno fija precios de los productos y también los salarios, además se establecen cupos de producción. En 1941 se creará el INI con la intención de invertir en sectores poco productivos.
- Reducir la importaciones. En especial de productos exóticos y de lujo, sustituyéndolo con la producción nacional.
CONCLUSIONES: La política autárquica que se desarrollará durante los años 40, no logró los éxitos que se pretendía. La escasez de recursos dio lugar a la emisión de cartillas de racionamiento e intensificó el contrabando de productos, conocido como «estraperlo». El fracaso fue patente en todos los sectores, en la agricultura, por ejemplo, los rendimientos fueron inferiores a los de la década de los 30 a pesar de una ocupación de más del 50% que la población, entre otros factores, la «pertinaz sequía» 1945-1949 según la versión oficial, el atraso tecnológico y supresión de reformas fueron determinantes. En industria, la falta de capital y tecnología impiden su recuperación a niveles de antes de la guerra, además la excesiva burocracia, necesidad de permisos para importar, exportar y producir hacen imposible su recuperación. En cuanto al Comercio Exterior, se produce un bloqueo y cierre de fronteras, que hace imposible suministrarse a precios más baratos de productos básicos, como trigo o petróleo. Sólo Argentina de Perón rompe el bloqueo para exportar alimentos.
Además hay que tener en cuenta la coyuntura internacional que excluyo a España de las ayudas del Plan Marshall.No será hasta los años 60 con la desaparición de la familia falangista del gobierno y el ascenso los tecnócratas del Opus Dei cuando se produzca el conocido como «milagro español» a partir del Plan de Estabilización 1959 de Laureano López Rodó y los siguientes Planes de Desarrollo.
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