«Agobiados por los impuestos, indigentes por la injusticia de las leyes […], se entregan a los grandes para ser protegidos, se hacen dependientes de los ricos y pasan a estar bajo su poder arbitrario y su dominio […]. Sin embargo, yo no juzgaría esto grave o indigno, más bien me felicitaría de esta grandeza de los poderosos a los que los pobres se entregan, si no fuera porque venden sus patrocinios, si fuera por sus sentimientos humanitarios y no por su avaricia por lo que defienden a los humildes. Parecen proteger a los pobres para despojarlos, pues todos los que parecen ser defendidos entregan casi todos sus bienes a sus defensores antes incluso de ser defendidos […]. ¿No es inaceptable y horrible -no digo que los espíritus humanos no puedan soportarlo, sino que es difícil entenderlo- que los más pobres y miserables, despojados de sus débiles recursos y arrojados de sus escasos campos, estén, sin embargo, obligados después de haber perdido sus bienes, a pagar el impuesto de estos bienes que ya no tienen? Usurpadores duermen sobre sus bienes y los desgraciados pagan el tributo en vez de los tales usurpadores […]. Éstos a los que la usurpación a arrancado sus bienes, la exigencia de los impuestos les arranca también la vida. Así que algunos, más alertados, cuando pierden sus escasos bienes, huyen ante los perceptores de impuestos y llegan a los dominios de los grandes y se hacen colonos de los ricos. Y con frecuencia, aquellos que huyen desesperadamente hacia cualquier refugio, por miedo a sus enemigos o porque han perdido la integridad de su estatuto de hombres libres, se unen a la categoría abyecta de los inquilini (colonos), obligados por la necesidad, de tal forma que, despojados tanto de sus tierras como de su condición […], se ven privados de todo, hasta de la libertad».
Salviano, obispo de Marsella. Sobre el gobierno de Dios.
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El curso del Imperio: Destrucción. Thomas Cole. 1836. Historical Society New York |
CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante un texto de naturaleza historiográfica, ya que es fruto de la investigación histórica. Se trata de un fragmento de la obra Sobre el gobierno de Dios, cuyo autor es el obispo de Marsella, Salviano. Fue escrito hacia el 450 d. C., constaba de 8 tomos y en el que trata de dar una explicación a la crisis que sufría el Imperio Romano en el siglo V. Podemos considerarla una fuente primaria por ser contemporánea a los hechos descritos. Su intención es didáctica y divulgativa, de carácter pública y dirigida a un público erudito.
ANÁLISIS: La idea principal del texto es documentar el nacimiento o la transición a la institución del colonato. El colonato es una institución propia del bajo Imperio Romano, se basaba en la acogida por parte de ricos y poderosos, de las clases más débiles y protegidas en sus fincas o villae (villas), bajo el nombre de inquilini o colonos.
Entre las ideas secundarias, Salviano, nos habla de las causas que dan lugar al nacimiento y crecimiento del colonato. Para el obispo de Marsella, la crisis económica y una situación inestable, donde el pillaje y el saqueo se han convertido en prácticas habituales, ha llevado a los pobres campesinos y pequeños propietarios a encomendarse a los grandes propietarios, con el fin de ser defendidos de una situación de indefensión. Los grandes propietarios, se ofrecen a protegerlos, pero no con la intención de ayudar, sino de lucrarse a su costa. Es por esto que les exigen como pago, sus bienes y tierras, no obstante, la obligación de pagar los tributos, seguirá recayendo sobre los antiguos propietarios. Así, estas clases humildes no sólo pierden su riqueza, sino que quedan sometidos a la autoridad de estos señores.
Otra la segunda idea que expone Salviano, es que muchos de estos pobres campesinos y pequeños propietarios, debido a la presión sufrida por los ricos, huyen buscando una salida, pero terminan ofreciéndose a otros señores, a cambio de aceptar la condición de inquilini o colonos. Lo cual supone, que además de haber perdido todo sus bienes, pierden su condición de hombres libres.
COMENTARIO: A partir del siglo III d. C. el Imperio Romano entra en una profunda crisis, que se agravará a lo largo del siglo V d. C., llegando su final en el 476 d. C. cuando el hérulo Odoacro destrone al último emperador romano Rómulo Augústulo.
Durante estos años, denominados como bajo Imperio Romano, se fragua una crisis económica, debido sobre todo al fin de la expansión romana, y al fin del sistema esclavista, a través de los diferentes edictos de latinidad. De forma paulatina, comienza a entrar en crisis el comercio, y con él las ciudades, llevando a una ruralización de la economía y la sociedad. Por otro lado, la presión de los pueblos bárbaros sobre los limes del imperio, y las continuas invasiones, llevan a una situación de inseguridad, el pillaje y el saqueo se convierten en actividades habituales, no sólo de las tribus bárbaras, sino de grupos de bandoleros.
Ante esta situación, aparecen dos nuevas instituciones, la villa o villae, que se trata de grandes explotaciones rurales, en manos de ricos y poderosos propietarios que huyen de la decadencia de las ciudades. En sus villas, crearán un régimen económico autárquico eminentemente rural y políticamente tendrán cierta independencia de las leyes del Imperio.
En cuanto a los pequeños propietarios y campesinos humildes, ante su situación de indefensión, acudirán a los ricos propietarios, que poseían pequeños ejércitos, en búsqueda de protección. A cambio de esta protección se verán obligados, no sólo, a entregar todos sus bienes y tierras a los señores de las villas, sino también a aceptar la condición de inquilini o colonos, lo que en la práctica supone perder su condición de hombres libres. La institución del colonato, es por tanto, el comienzo de la servidumbre, donde los señores adquieren derechos sobre sus siervos, como la remensa (pago por dejar un manso), intestía (derecho del señor a parte de la herencia), firma spoli (pago por derecho a la celebración de una boda), tercería (u obligación de administrar o reparar los bienes del señor), las banalidades (o pago de tasas o cánones) u otros más gravantes como el derecho de pernada o primus noctis.
CONCLUSIONES: La institución de la villa, como el colonato, serán la base del sistema político, económico y social de la Edad Media, que será la etapa posterior al Imperio Romano. Así el feudalismo, el señorío y la servidumbre tienen su origen en estas instituciones propias del bajo Imperio Romano. Los señoríos jurisdiccionales y la servidumbre sobrevivirán incluso a la Edad Moderna, encontrando su fin en las revoluciones liberales de los siglos XVIII y XIX, cabe citar que en Rusia perduró la servidumbre hasta el año 1861, abolida por el zar Alejandro II.
A las causas expuestas anteriormente sobre la crisis el Imperio Romano, cabe citar que Salviano, en la obra Sobre el Gobierno de Dios, expone que las causas de la crisis, en un discurso bajo la óptica cristiana, se debe a la providencia de Dios, que pretende castigar la decadencia moral de Roma, en contra, beneficia a los pueblos bárbaros, por tener altos valores morales, como la castidad de los vándalos o la piedad de los godos, a pesar de su heterodoxia religiosa, caracterizada por la profesión del arrianismo.
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