“El término Neolítico fue acuñado en 1865 por J. Lubbock para denominar una fase cultural caracterizada por la aparición del pulimento de la piedra frente a la simple talla, propia del Paleolítico. Fue, por lo tanto, un elemento material el que permitió diferenciar por primera vez esta nueva etapa. Actualmente, sin embargo, se considera que este y otros adelantos técnicos no son en realidad más que una consecuencia del factor del cambio, consistente en el establecimiento de nuevas relaciones entre el hombre y el medio ambiente. Hasta entonces las comunidades humanas se habían visto obligadas a practicar la caza, la pesca o la recolección con vistas a su supervivencia, mientras que ahora serán capaces de producir sus propios alimentos. Este cambio de una economía depredadora a otra productora es lo que Gordon Childe denominó “Revolución Neolítica”, y se asienta sobre dos bases fundamentales: la agricultura y la ganadería […].


En el inicio de la Revolución neolítica, el hombre se encuentra en un momento propicio para la transformación de su economía, ya que es un cazador y recolector muy especializado. La adopción de los nuevos procesos productivos convertirá a unas comunidades en agricultoras, a otras en ganaderas y a otras en sociedades de tipo mixto. Las primeras tienden al establecimiento de viviendas fijas, bien permanentes, bien estacionales. Pueden utilizarse lugares protegidos naturalmente, como cuevas o abrigos en la roca, pero es frecuente el establecimiento de hábitats al aire libre. El centro de la actividad se restringe a los alrededores del poblado, que tiende a poseer una cierta continuidad al menos hasta el agotamiento de los campos, ya que la recolección del grano supone su almacenamiento y utilización durante el transcurso del año. Hay también evidencias de comercio o intercambio entre distintas comunidades. Las nuevas fuentes de riqueza provocarán la aparición de construcciones de carácter defensivo, como murallas, torreones y fosos, lo que nos habla también de un nuevo orden social, con la aparición de una autoridad capaz de centralizar y dirigir esos trabajos.


Las poblaciones de base económica ganadera, sobre todo los criadores de cabra y oveja, debieron ser en un primer momento fundamentalmente nómadas, buscando nuevos pastos en desplazamientos cortos y estacionales […]. Las comunidades con economía mixta, agrícola y ganadera son grupos de carácter más complejo, ya que es necesario el cálculo de un excedente de forraje para el alimento de animales. Se trataría de grupos sedentarios o semisedentarios con división de trabajo según el sexo y la edad, dedicándose ancianos, mujeres y niños al cultivo y los hombres jóvenes y adultos al pastoreo, actuando estos últimos como nómadas parte del año.”


T. Chapa Brunet y G. Delibes de Castro. El Neolítico


neolítico en la península ibérica
Neolítico en la Península Ibérica.

CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante un texto de naturaleza historiográfica, ya que procede de la investigación histórica. Su temática es variada ya que contempla aspectos tantos sociales, políticos y económicos del Neolítico. Sus autores son Teresa Chapa Brunet y Germán Delibes de Castro, ambos profesores universitarios que se dedican a la investigación histórica. El texto es un fragmento de la obra que lleva por título El Neolítico, publicada en 1983. El destinatario es el público en general, al que trata de introducir con un carácter divulgativo en el tema del Neolítico.

ANÁLISIS: La idea principal del texto es la Revolución Neolítica, entendida como el paso de una sociedad cazadora-recolectora a una sociedad productora de alimentos. Esta revolución tendrá como punto de partida la práctica de la agricultura y la ganadería, y dependiendo de los regímenes de explotación de estos recursos podemos hablar de poblaciones agricultoras, poblaciones ganaderas y poblaciones mixtas.

COMENTARIO: El inicio del comentario debe comenzar con un encuadre histórico, para ello debemos decir que con la aparición del Homo Sapiens hace 200.000 años comienza la etapa que conocemos como Paleolítico Superior, en ella se llevan a cabo distintos avances en la cultura material, pero su cultura económica y social permanece intacta, siendo una sociedad cazadora-recolectora de carácter tribal. Existe una etapa intermedia conocida como Mesolítico en Oriente Próximo donde algunos poblados se hacen sedentarios, mientras siguen teniendo una economía cazadora-reproductora y donde comienzan a forjarse los avances que darán lugar al Neolítica, en Europa se prefiere el término Epipaleolítico porque los avances son alóctonos. Hace unos 10.000 años en Asia Menor y Oriente Próximo se desarrolla la denominada por Gordon Childe como revolución neolítica, hoy día se cuestiona este término, ya que por “revolución” entendemos unos cambios estructurales en la sociedad y la economía en un periodo corto de tiempo, como puede ser la Revolución Francesa o la Revolución Industrial, sin embargo, el paso del Paleolítico al Neolítico llegó a durar milenios, dependiendo de las zonas, por lo que sería más adecuado el término de evolución. No obstante, la llegada del Neolítico cambió el modo de vida de la especie humana y a partir de ese momento no se volvería hacia atrás.

La agricultura y la ganadería permitieron al hombre no depender de la naturaleza y llevó a una mejora de la cultura material cuyo mayor logro fue el invento de la cerámica. Hoy en día se descartan la teorías que hablan de una evolución autóctono y se piensa en una difusión a partir de ciertos centros originarios como el Oriente Próximo con una agricultura de trigo y cebada fundamentalmente, en América a través del cultivo del maíz y la mandioca, o en Asia a través del cultivo del arroz y la soja. Con el paso del tiempo la evolución llevaría a la Edad de los Metales, donde además de una nueva cultura material basada en el cobre, el bronce y el hierro, llevarían a una mayor especialización del trabajo y un estructura social mucho más compleja que daría lugar a centros de poder político de carácter militar o religioso.

Según los autores del texto, las poblaciones agricultoras tendrán su actividad principal en la agricultura, es por eso por lo qué normalmente se asientan bien en las llanuras o valles donde van a ejercer su actividad económica. Ejemplos de este tipo de poblados lo podemos encontrar en Anatolia como el poblado de Catal Hüyük, aunque no excluye la posibilidad de asentamientos en cuevas o abrigos como es el caso del yacimiento de Cova de l’Or en Alicante que se inscribe dentro del Neolítico español dentro del movimiento cultural de la cerámica cardial.

La actividad económica dará lugar en algunos casos a excedentes, con los que se iniciará el comercio como demuestran numerosos restos de obsidiana o conchas de tortuga en el Oriente Próximo, en yacimientos muy alejados de sus centros originarios. La creación de riqueza dio lugar a una especialización del trabajo y a una incipiente jerarquización social que cristalizará en la Edad de los Metales, con poblados rígidamente organizados política, social y arquitectónicamente, articulados con murallas y torreones defensivos, representada por el cultura de El Obeid o Jemdt Nasr en Oriente Próximo como también la cultura de los Millares en la península Ibérica.

En España,el Neolítico comienza con la cultura de la cerámica cardial, que se dio en todo el ámbito mediterráneo, que se reconoce por una cerámica decorada con la concha del molusco “cardum edile” y se encuentra en el Levante peninsular. La zona de Cataluña parece influida por la cultura de los sepulcros de fosa, de origen centroeuropeo. Además las especies cultivadas como el trigo, la cebada o las lentejas parecen tener un origen en el Oriente Próximo, así como el pastoreo de ovicápridos. Lo más destacado del Neolítico peninsular son sus manifestaciones artísticas, el conocido arte macroesquemático representa figuras antropomorfas y zooformas esquematizadas de gran tamaño, como las que se encuentran en Pla de Petrarcos o Cova de l’Or, ambas en Alicante. La evolución posterior llevaría a la Edad de los Metales con culturas tan importantes como la de los Millares y el Argar. 

A modo de conclusión diremos que los autores del texto, muestran objetividad en el estudio del Neolítico y transmiten una visión adecuada tanto de sus actividades de producción, de sus formas de asentamiento así como de su estructura social.