IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de la conocida como Koré del Peplo, fue encontrado en la Acrópolis de Atenas, su autor es desconocido, aunque suele identificarse con la escuela del Jinete Rampín. Podemos datarla hacia el 540 a. C. Pertenece por tanto al Periodo Arcaico dentro de la Escultura Griega. Hoy en día se encuentra se encuentra en el Museo de la Acrópolis de Atenas, en un estado bastante bueno de conservación.
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Koré del Peplo (h. 540 a. C.) Museo de la Acrópolis de Atenas |
DESCRIPCIÓN: No encontramos ante una escultura figurativa de bulto redondo, en pie y en actitud oferente. De carácter naturalista e idealizada. Se trata de una joven vestida con el típico vestido o peplo dórico y con un “himation” cubriendo los hombros, y con el pelo trenzado. Realizada en mármol de Paros, y originalmente policromada como atestiguan los restos encontrados en ojos, párpados y pliegues del peplo. Su técnica es depurada con utilización de cincel, taladro y trépano, así como distintos tipos de lijas que dan lugar a una superficie pulida y una escultura de bella factura.
ANÁLISIS: La Koré del Peplo mantiene muchas de las características propias de la escultura arcaica, así observamos su concepción de escultura-bloque ajustándose a la forma cúbica original del bloque de mármol. Rigidez y falta de movimiento, así como hieratismo o falta de expresión, a excepción de los ojos almendrados y la conocida como sonrisa arcaica, que tratan de dar vida a la escultura, otro rasgo primitivo es la utilización de la ley de la frontalidad o la utilización de ciertos convencionalismos como el geometrismo en la talla del trenzado del pelo. No obstante, se observa como la escultura arcaica ha evolucionado hacia formas más naturales, abandonando el esquematismo y geometrismo de la escultura del siglo anterior. Así, vemos como las proporciones de cabeza, torso y brazos se ajustan a una imagen más natural del hombre. También observamos como se van perdiendo la esquematización a formas geométricas puras, como observamos en los brazos y en las facciones de la cara. El peplo deja de ser un tejido rígido que esconde el cuerpo, y deja insinuar los pechos, no obstante, la parte inferior, cae de forma rígida sin dejar adivinar el contorno. Aunque predomina el punto de vista frontal, como hemos dicho anteriormente, el brazo izquierdo se adelanta, portando probablemente un objeto votivo, rompiendo el espacio que separa a la escultura del espectador. La talla es de bella factura y en ella destacan diferentes texturas, como observamos en la piel del rostro, el tejido del peplo o las trenzas del pelo, a pesar de esto, no se llega a crear efectos expresivos con diferentes uso de luz o claroscuros.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Las “korai” representaban jóvenes o vírgenes oferentes, tenían probablemente un significado religioso y se cree que se ofrecerían como un exvoto a los dioses, es posible que también se utilizaran en monumentos funerarios. Representan además el ideal de belleza femenino griego.
COMENTARIO: La escultura arcaica griega se caracteriza por establecer unos modelos escultóricos, las “korai” o jóvenes oferentes y los “kuroi” o jóvenes atletas. Desde la etapa más primitiva representaron los ideales de belleza griega y se fueron transmitiendo hasta llegar a la Etapa Clásica. Al comienzo se trataba de representaciones muy convencionales que mantenían muchos rasgos, heredados sin duda Arte Egipcio. Algunos de estos convencionalismos eran la ley de la frontalidad, la concepción de escultura-bloque con los característicos brazos pegados al cuerpo, geometrismo y esquematización, no obstante, desde muy temprano la escultura fue evolucionando hacia un mayor naturalismo, que aún manteniendo la idealización de las esculturas más primitivas, fue acercándose a formas más naturales, a proporciones más bellas, se abandona la rigidez y aparece el movimiento, como ejemplo de esta evolución tenemos a esta Koré del Peplo que sin duda comienza a adelantarnos algunos de los rasgos que veremos más adelante en la Época Clásica.