DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante un gráfico lineal que representa una curva de evolución, es decir, la variación de la Fecundidad en España y Andalucía entre 1975 y 2006. Se trata de un gráfico cuantitativo, dinámico y sintético, ya que trata de comparar dos variables a lo largo del tiempo. Su fuente es el Instituto Nacional de Estadística.


ANÁLISIS:

En el eje de ordenadas aparece representada una escala con los índices de fecundidad, que se calcula a partir de la siguiente fórmula: 

Índice Sintético de Fecundidad = Se obtiene con la suma de los Tasas de Específicas de Fecundidad, donde se establecen rangos de edad entre las mujeres 15-19, 20-14, 25-29….hasta 49. Un ejemplo sería TEF= número de nacimientos 1 año / número de mujeres fértiles 15-19 x 1000. Sumando todas las Tasas Específicas de Fecundidad, obtendremos el Índice Sintético que no refleja otra cosa sino una estimación aproximada de los hijos que tendrá cada mujer del país a lo largo de su vida fértil.

En el eje de abcisas se representa una progresión de años desde 1975 hasta 2006.

Observando la curva de evolución del Índice de Fecundidad en España podemos hablar de dos fases diferenciadas, una primera fase en claro descenso desde 1975 hasta 1998 y un ligero ascenso desde 1998 hasta 2006. A partir de 1981, la tasa se sitúa por debajo de 2.1 hijos por mujer, que es el número de hijos que se estima generalmente para garantizar el reemplazo generacional. El punto más bajo se sitúa en 1996 con 1.2 hijos por mujer, cifra muy lejana de garantizar el reemplazo generacional.

La curva de evolución correspondiente a la Comunidad de Andalucía, muestra en general valores más altos. Sin embargo a partir de 1986 desciende por debajo de 2.1 hijos por mujer y su evolución tiende a converger con la tendencia general de España.

COMENTARIO: Podemos decir, que las causas principales del descenso del Índice Sintético de Fecundidad en España, a partir de 1975, son sobre todo económicas y sociales.

En cuanto a la economía, que a partir de 1973 la crisis del petróleo lleva a la mayoría de países del mundo a una ralentización de la economía, en 1980 la situación económica española sigue siendo precario, con altos índices de desempleo y una inflación que hizo aumentar considerablemente el precio de la vivienda. Estos factores llevaron a un retraso en la edad del matrimonio y por consiguiente un acortamiento de la vida fértil de la mujer.

Además, debemos considerar unos cambios en la escala de valores de la sociedad española a partir de 1975. Algunos de ellos son la disminución de la influencia religiosa, tradicionalmente pronatalista, también una despenalización del aborto en algunos supuestos, la generalización del uso de anticonceptivos y contraceptivos. A esto debemos sumar la incorporación paulatina de la mujer al mercado de trabajo y su ascenso en puestos directivos, así, la mayoría de los nacimientos se producen entre los 30 y 34 años, edad en que la mujer ha alcanzado cierto nivel en su carrera profesional. A esto debemos sumar, los altos costes que conlleva mantener a los hijos, escasez de guardería a precios más asequibles y al papel predominante de la mujer en las tareas del hogar, así se prefiere tener un número menor de hijos y atenderlos mejor. Además, los hijos restan a los padres dinero para consumir y tiempo libre para dedicar al ocio. No sólo eso, sino que además, la sociedad ha dado lugar a nuevas estructuras familiares, como los hogares monoparentales, los divorcios y la maternidad en solitario, que son fórmulas menos prolíficas que la familia tradicional.

Desde 1998, se experimenta una ligera recuperación, sus causas debemos encontrarlas en la inmigración proveniente sobretodo de América Latina o Norte de África que tienen en principio una cultura más pronatalista que la española. Aún así, su tendencia se acerca con el paso de los años, a la española.

En relación con Andalucía, debemos decir que sus tasas de fecundidad son más altas que la media española porque existe un mayor peso de la economía agraria o del sector primario, además, en general tienen un nivel cultural y académico más bajo y un pensamiento más tradicional en cuanto a la familia, lo que lleva a una menor utilización de los métodos anticonceptivos. Aunque como vemos, en los últimos años tienden a acercarse a la media española, debido sobre todo a una modernización económica y social de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

CONCLUSIONES: Que una sociedad no pueda garantizar el reemplazo generacional, puede acarrear ciertos problemas económicos y sociales, ya que dará lugar a un envejecimiento de la población, lo que conlleva más gastos sanitarios y asistencias, así como la necesidad de cubrir las pensiones. Sí la población envejece demasiado y la población activa no es lo suficientemente grande o no posee suficiente para afrontar la carga fiscal, es posible que se pongan en riesgo los sistemas de cobertura sociales y por tanto el Estado del Bienestar.